El arte de la perfección


FORMAS DE RECEPCIÓN DE LA OBRA ARTÍSTICA

Hay dos modos de apreciar una creación artística. El orador hispanorromano Quintiliano (s. I d. C.) expresó esta idea con toda claridad: "Los expertos juzgan la técnica compositiva de la obra y los profanos tan sólo el placer que les produce". Según esta afirmación, el nivel de competencia del profesional introduce una importante diferencia a la hora de degustar un objeto artístico. El dominio de los conocimientos teóricos posibilita una interpretación de la obra distinta de la que se obtiene a través de una percepción pasiva del producto, cauce que potencia únicamente el disfrute y el aprendizaje. En la presente ocasión me dispongo a enjuiciar un par de páginas admirables de un manuscrito excepcional desde una perspectiva erudita.

 

PRESENTACIÓN DE UN CÓDICE EXQUISITO

El ejemplar, de vitela, mide aproximadamente 230 x 160 mm y contiene ciento cincuenta miniaturas en sus 523 folios. Está escrito en letra gótica formata. Sorprende la técnica gráfica aplicada, de una calidad mediana, hecho que contrasta con la calidad excepcional de su ornamentación e ilustración. El manuscrito debió de ser llevado desde Flandes, su lugar de origen, a Castilla, donde recibiría una encuadernación de estilo mudéjar. Se trata de un Breviario, es, decir, un libro de rezo que contiene el material necesario para la recitación de los ocho servicios que conforman el Oficio divino: Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. La distribución de los textos eucológicos se ha establecido de acuerdo con la división canónica del año en dos partes principales: el Ciclo temporal, que abarca todos los tiempos litúrgicos del año eclesiástico; y el Ciclo santoral, que comprende todos los meses del año civil.

 

ESTUDIO CODICOGRÁFICO DE UN PAR DE PÁGINAS

Uno de los mayores logros de la política internacional de los Reyes Católicos fue la concertación de unas dobles bodas de sus hijos Juan y Juana con Margarita y Felipe, únicos vástagos de Maximiliano de Habsburgo y de María de Borgoña (Figs. 1-4). La culminación de esta operación diplomática se consiguió tras un largo proceso de negociaciones. La consecución de un acuerdo definitivo suponía una jugada maestra. Ciertamente, se preveía que en el espacio de una generación los dominios más relevantes y poderosos de Occidente quedarían en las manos de unos titulares vinculados mediante un sólido pacto de familia entre las Casas de Trastámara y de Habsburgo - Borgoña. A raíz de estas capitulaciones matrimoniales se dibujaba en el horizonte un nuevo tablero territorial de Europa. El diplomático castellano que llevó a buen puerto esta magna empresa, consciente de la importancia de su gestión y deseoso de que quedara constancia de su mérito, ideó una sutil estrategia: ofrecer a la Reina a quien servía un delicado presente. Don Francisco de Rojas, que tal era el nombre del embajador, conocía bien los gustos de doña Isabel. Por ello eligió un producto flamenco y de carácter religioso. La unión de estos dos factores garantizaría que su regalo fuese del agrado de la destinataria. A tal fin adquirió un magnífico Breviario, no sin antes haber cuidado de que se operasen ciertas manipulaciones en la pieza. Tales intervenciones documentarían de manera fehaciente la magnitud del hecho histórico sancionado, la participación de su persona y su devoción por la Reina. Exquisita cortesanía y grandísima habilidad a la hora de configurar un recuerdo perdurable. Todo este mensaje polisémico está contenido en las dos páginas que, a continuación, se analizan. La primera de ellas (f. 436v) ostenta el escudo de armas de los soberanos hispanos y de los contrayentes (Fig. 5). En realidad, el empleo de tales recursos icónicos suponía un intento de introducir un principio de representación conceptual del poder real y un efecto de propaganda de los propios titulares. Tales creaciones constituían sistemas formalizados que obedecían a unas directrices plásticas y temáticas.

Conviene recordar que el emblema es un signo que indica la identidad de un individuo o de un grupo de individuos: el apellido, el escudo de armas, los atributos iconográficos, las siglas, los monogramas, el lema o la divisa desempeñaban tal función. Los procedimientos habilitados por los Reyes Católicos para representar sus reinos, sus personas y la acción política ejercida por ellos fueron preferentemente de naturaleza heráldica. En cambio, apenas recurrieron al retrato fisonómico, a diferencia lo que sucedía en otras cortes europeas, en las que las imágenes figurativas de los monarcas eran habituales y numerosas. Al igual que sus antecesores, los Reyes Católicos personalizaron el blasón común. Además del patrón heráldico, los monarcas se sirvieron de otros elementos emblemáticos de acuerdo con los usos de la época. Doña Isabel sintió especial devoción por la figura de san Juan Evangelista, de ahí la elección del águila tetramórfica nimbada, a modo de ornamento externo. Ella la había adoptado en su sello como sostén de su propio escudo cuando aún era princesa de Asturias (Fig. 6). Luego, el símbolo apocalíptico fue traspasado a sus nuevas armerías reales. Su veneración por el Discípulo amado le acompañó durante toda la vida. A dos de sus hijos les puso el nombre de Juan y Juana. Además del gesto onomástico, encargó a diversos escritores que compusiesen obras sobre este tema hagiográfico. Una mención especial merece el curioso tratado de Antonio de Villalpando conocido bajo el nombre de Razonamiento de las reales armas de los serenísimos [...] reyes don Fernando el quinto e doña Isabel la segunda.

Como el tenta las armas reales de Castilla ofrece debajo de ellas los escudos correspondientes a las dos parejas de cónyuges. Estas figuras heráldicas aparecen también rodeadas por unas filacterias con unas leyendas extraídas de los salmos. El mensaje contenido en las mismas resulta arrogante y de carácter profético. La composición heráldica a tres bandas visualiza el éxito de la operación diplomática gestionada por don Francisco de Rojas y auspiciada por los Reyes Católicos. El tamaño de los distintos escudos y su distribución espacial evocan el tipo de representación propio de un árbol genealógico.

La segunda página aquí estudiada (f. 437r) fue compuesta en origen de acuerdo con el patrón compositivo aplicado en algunas partes del manuscrito que desarrollan los asuntos principales del programa iconográfico (Fig. 9). La superficie rectangular destinada a recibir el texto y la imagen ha sido concebida como un fondo de color dorado cubierto de flores y con un par de mariposas. Se ha simulado que sobre este espacio se ha abierto en la parte superior una ventana que permite asistir a la escena de la Coronación de la Virgen. Debajo aparecen enmarcados y superpuestos los textos eucológicos correspondientes al comienzo de las Horas de Vísperas de la festividad mariana de la Asunción. Esta disposición crea un efecto óptico "ilusionístico" de acuerdo con la técnica del trampantojo. Se trata de un procedimiento utilizado ampliamente por los talleres librarios de Gante y de Brujas.

El tema principal representado formaba parte del programa iconográfico de los Libros de Horas. Era la miniatura que introducía el rezo de Completas del Oficio parvo, por tanto hay numerosísimos testimonios. El tratamiento de este tema en el Breviario de Isabel la Católica se ajusta al modelo icónico tradicional: en un rompimiento de gloria, Dios Padre y Jesucristo proceden a coronar a María, presididos por la figura del Espíritu Santo. El espacioso trono, que tiene dos plazas, ha sido representado con la minuciosidad propia del arte flamenco. Unos ángeles músicos completan la escena. La composición de la miniatura produce la sensación de un mundo estático y atemporal. En este caso no se invoca el sentimiento devoto del lector, sino que se reclama su adhesión bras del autor ponen de relieve que los dos opúsculos fueron hechos por "mandado" de la Reina. Incluso en una nota marginal autógrafa el interesado le agradece el envío de unos libros para que se documentase.

Y lo mismo podría decirse de ciertas composiciones de Ambrosio Montesino, en particular, los tres poemas en honor de san Juan Evangelista. La imagen iconográfica más frecuente de este Apóstol se difundió sobre todo a través de los Libros de Horas bajo la veste de autor del Apocalipsis. Desde mediados del Cuatrocientos el escenario de la acción se sitúa en la isla de Patmos. El Breviario londinense acoge este tópico, pero lo transforma en una versión espléndida (Fig. 7). San Juan ha detenido su pluma y alza la vista hacia el cielo. En segundo término se representan dos motivos que han acudido a su mente por inspiración divina: la lucha de los ángeles con el dragón de siete cabezas y el lento caminar de los jinetes del Apocalipsis. Estas figuras quedan reflejadas en el agua de manera especular. Supongo que esta bellísima miniatura causaría las delicias de doña Isabel. El pintor ha sabido captar la intensidad del momento. La mente del Evangelista vuela a la par que el águila despliega sus alas. Se comprende que el lema personal de la Reina fuese un versículo relacionado metafóricamente con este motivo zoomórfico: Sub umbra alarum tuarum protege nos. Tal leyenda fue utilizada sólo ocasionalmente. Una segunda divisa será un manojo de flechas atadas por el centro. Don Fernando optó por el yugo como divisa y por el lema TANTO MONTA, mote que también pudo ser aplicado a la labor conjunta de ambos gobernantes. Como es sabido, las iniciales de los dos emblemas se correspondían en posición quiástica con las de los nombres de los soberanos, hecho que ha sido interpretado en clave galante.

La versión del escudo de armas reales del manuscrito londinense presenta algunos rasgos significativos, tales como el tratamiento artístico del águila, que difiere algo del modelo habitual; la presencia del versículo bíblico, vinculado a la figura de doña Isabel; y la ausencia de las divisas y lema comunes. Por supuesto, el entado en punta con la granada determina un terminus post quem. Resulta evidente el parentesco genético de este escudo con el que se encuentra en el folio 1v de un bellísimo Libro de Horas que perteneció con toda probabilidad a la Reina Católica (Fig. 8). Se trata del manuscrito 63256 del Museum of Art de Cleveland. En este caso han sido reproducidos el lema isabelino y el fernandino en origen (TANTO MONTA). Igualmente hay una sofisticada versión de ambas divisas, el yugo y las flechas.

La misma página del breviario que ostenta las armas reales de Castilla ofrece debajo de ellas los escudos correspondientes a las dos parejas de cónyuges. Estas figuras heráldicas aparecen también rodeadas por unas filacterias con unas leyendas extraídas de los salmos. El mensaje contenido en las mismas resulta arrogante y de carácter profético. La composición heráldica a tres bandas visualiza el éxito de la operación diplomática gestionada por don Francisco de Rojas y auspiciada por los Reyes Católicos. El tamaño de los distintos escudos y su distribución espacial evocan el tipo de representación propio de un árbol genealógico.

La segunda página aquí estudiada (f.437r) fue compuesta en origen de acuerdo con el patrón compositivo aplicado en algunas partes del manuscrito que desarrollan los asuntos principales del programa iconográfico (Fig. 9). La superficie rectangular destinada a recibir el texto y la imagen ha sido concebida como un fondo de color dorado cubierto de flores y con un par de mariposas. Se ha simulado que sobre este espacio se ha abierto en la parte superior una ventana que permite asistir a la escena de la Coronación de la Virgen. Debajo aparecen enmarcados y superpuestos los textos eucológicos correspondientes al comienzo de las Horas de Vísperas de la festividad mariana de la Asunción. Esta disposición crea un efecto óptico "ilusionístico" de acuerdo con la técnica del trampantojo. Se trata de un procedimiento utilizado ampliamente por los talleres librarios de Gante y de Brujas.

El tema principal representado formaba parte del programa iconográfico de los Libros de Horas. Era la miniatura que introducía el rezo de Completas del Oficio parvo, por tanto hay numerosísimos testimonios. El tratamiento de este tema en el Breviario de Isabel la Católica se ajusta al modelo icónico tradicional: en un rompimiento de gloria, Dios Padre y Jesucristo proceden a coronar a María, presididos por la figura del Espíritu Santo. El espacioso trono, que tiene dos plazas, ha sido representado con la minuciosidad propia del arte flamenco. Unos ángeles músicos completan la escena. La composición de la miniatura produce la sensación de un mundo estático y atemporal. En este caso no se invoca el sentimiento devoto del lector, sino que se reclama su adhesión intelectual al mensaje teológico propuesto. A requerimientos del embajador, esta página fue modificada. Al pie del folio 437r se acopló el escudo personal de Francisco de Rojas, el cual trae en campo de oro cinco estrellas de ocho puntas de azur; y bordura jaquelada de azur y argent. La figura, realzada mediante unos trazos radiantes, está levemente descentrada respecto del intercolumnio y lleva una filacteria, distribuida a ambos lados, con el lema personal del embajador: Lux in tenebris lucet et tenebrae eam non comprehenderunt.

Esta representación heráldica es idéntica a la que se encuentra en los instrumentos legales que sancionaron las capitulaciones matrimoniales (Figs.10 a y 10b). Gracias al empleo de tal recurso icónico resulta patente la identidad del diplomático que gestionó el acuerdo y actuó como representante legal de la Corona. La elección del emplazamiento del motivo heráldico en la misma página que contiene una representación de la Coronación de la Virgen está cargada de simbolismo. La escena de la proclamación de María como reina celestial evoca subliminalmente la función desempeñada por doña Isabel. Precisamente en la Oraçión pronunciada por Juan Díaz de Alcocer en el acto de "sublimación" de la Reina en Segovia se establece una comparación con la Madre de Dios. El fiel consejero, después de haber mencionado todas las mercedes divinas concedidas a aquélla, afirma lo siguiente: Y pues todas estas maravillas por sus secretos juizios ha embiado y descubierto a favor de Vuestra Alteza, refiriendo las gracias a Él, bien podría decir vuestra real señoría lo que dezía Nuestra Señora: "Hizo comigo grandes cosas el que es poderoso" .

Además de establecer sus señas de identidad, Francisco de Rojas completó, a lo que parece, su gesto cortesano con una fórmula de ofrecimiento, la cual serviría de prueba de la donación. En la esquina inferior derecha de la misma página (f. 437r) se acotó un espacio rectangular sobre la banda orlada, y en él figura una dedicatoria, escrita con letras de oro sobre un fondo purpúreo, un juego cromático que remite a la idea de excelencia (Fig. 11). El texto de la inscripción ha sido compuesto en un estilo ampuloso y epigráfico. En su redacción aparecen formas de tratamiento que no se atienen a los títulos de cortesía usados en la corte castellana. Son expresiones propias de monarquías absolutas. El empleo del adjetivo diua y los numerosos superlativos anuncian tiempos venideros. Otro tanto se podría decir de la fórmula utilizada para la expresión de los dominios: Francisco de Rojas, humildísimo servidor de de Su Majestad y hechura suya, deseoso de prestarle el mejor servicio posible ofreció este Breviario en concepto de presente a la divina Isabel, reina de las tierras de España y de Sicilia, etc., cristianísima, poderosísima, siempre augusta, suprema señora suya, clementísima.

Las señas de identidad del donante y de la persona destinataria no ofrecen lugar a dudas, así como el propósito del embajador de ofrecer el ejemplar como un presente. En consecuencia, el libro, una vez abierto a esta altura (ff. 436v-437r), ofrecía al lector una superficie rectangular, equivalente a un bifolio, que sintetizaba la magna empresa a través de la simbólica del poder, a la izquierda, y la especial relación existente entre el principal gestor y doña Isabel, a la derecha. Hay que tener en cuenta que el folio

436 no formaba parte del cuaderno primigenio; se trata de una hoja añadida mediante una pestaña, procedimiento muy utilizado en los talleres flamencos de producción libraria, como ya se anticipó. Asimismo, el escudo del noble castellano y la cartela con la dedicatoria trazada sobre la orla fueron el resultado de una intervención que alteró la composición original. Estas modificaciones permiten suponer que el riquísimo manuscrito fue proyectado con antelación y destinado a un usuario distinto o por determinar. Quizá durante el proceso de elaboración del mismo se produjo la firma de los pactos matrimoniales, lo cual indujo a Francisco de Rojas a objetivar la memoria histórica de su participación en el hecho y a mostrar su voluntad de servicio, por momentos cuestionada.

Las capitulaciones fueron ultimadas en 1495. Esta fecha constituye un terminus post quem aproximado respecto del momento en que el embajador proyecta celebrar el acontecimiento mediante el regalo a doña Isabel de un espléndido Breviario. Por consiguiente, el manuscrito habría sido adaptado a su nueva función en un período que va desde 1495 a 1497, es decir, entre la fecha del establecimiento del compromiso y el momento del fallecimiento del heredero de la Corona (4 de octubre de 1497).

 

LA BUSQUEDA DEL ESPLENDOR

El taller flamenco en el que se confeccionó el Breviario estaba formado por un equipo de profesionales. En consecuencia, se aprecia la intervención de diversas manos en la obra. A pesar de las diferencias idiosincráticas de los artistas, el manuscrito en su conjunto produce una sensación de homogeneidad a primera vista, debido a la observación de unos criterios comunes en el plano estético y compositivo.

Al margen de otros muchos méritos, el libro descuella por la riqueza del aparato ornamental. Hay pocos códices cuatrocentistas, de temática religiosa, que puedan competir en calidad con éste. Por ello creo que es conveniente dedicar unas líneas a este asunto. Como el contenido textual del libro no responde a un esquema fijo y progresivo siguiendo un orden lógico, la persona o equipo que ha planificado la construcción del ejemplar ha ideado un sistema visual que permite reconocer jerárquicamente la importancia litúrgica del Oficio que se debe recitar cada día y sus principales articulaciones. Estas creaciones eran obra de unos pendolistas de adornos, una categoría profesional intermedia entre el copista y el iluminador y sobre los que hay escasísimas noticias.

 En el manuscrito las superficies que rodean la caja de escritura presentan tres tipos de ornamentación marginal. El primero es propio de las páginas que se corresponden con las partes principales del Ciclo temporal y del Ciclo santoral, y consiste en una orla completa que enmarca una miniatura o valora una viñeta. El folio 173r ofrece una bellísima muestra (Fig. 12). Son igualmente magníficas las escenas que describen la quema de libros ordenada por Nabucodonosor, con una fastuosa orla compuesta por unas carnosas hojas de acanto, aves y flores (Fig. 13); la Creación del mundo (Fig. 14); o la Ascensión del Señor (Fig. 15). Otros ejemplos nos muestran la forma de resolver el tratamiento de la festividad propia de un santo (Figs. 16 y 17). En este caso se trata de san Lorenzo y santo Tomás de Aquino.

Un último testimonio de esta modalidad está dedicado a la figura de san Nicolás (Fig. 18). Se había previsto que la imagen del santo fuese inscrita en el campo de la A que inicia la oración, sin embargo, no se ha realizado por inadvertencia. La orla simula un elegante tejido sobre el que se han superpuesto las dos cajas de escritura. El segundo tipo de decoración marginal está formado por una orla de tres bandas. Esta modalidad se reservaba para señalar una secuencia del Oficio digna de atención. Tal sucede en el folio 30r, donde se encuentra la Prima lectio del día de la Natividad del Señor (Fig. 19). El texto subraya la importancia del feliz acontecimiento. La cenefa exterior se extiende por tres márgenes. Como motivo ornamental se ha desarrollado una especie de lacería geométrica que sostiene tres medallones. El inferior es polilobulado y en su interior se ha representado a una pareja. El joven toca un instrumento de cuerda y se suma de esta manera al júbilo manifestado en la plegaria, donde se dice: Letabuntur coram te ("Todos los pueblos se alegran ante tu presencia"). La inclusión de seglares en diversas actitudes como motivos de adorno en las orlas es frecuente desde mediados del Cuatrocientos. Estas figuras conectaban con la condición del potencial lector laico al que se destinaba este tipo de libro de rezo. Los márgenes representan el espacio de la libertad, tanto para el que los decora como para la persona que posa su mirada en ellos. El esfuerzo mental de la oración incesante encuentra un momento de evasión y de divertimento en esas pinceladas ingenuas y realistas, en contraposición al mundo sublime de la arquitectura religiosa.

El último tipo de decoración marginal carece de ilustración y consiste en una banda que discurre paralela al texto por el margen interno y el intercolumnio del folio (Fig. 20). Su finalidad es señalar las articulaciones menores de los textos, por tanto, su presencia está vinculada a la jerarquía establecida de las iniciales. Tales letras de aparato desempeñaban una función demarcativa. En el manuscrito la tipología es como sigue: Como cierre de estas notas sobre la ornamentación marginal del Breviario londinense, conviene hacer una precisión técnica. La mayoría de los manuscritos religiosos de esta época presentaba en el recto y en el verso de una misma hoja idéntico patrón, pero especularmente reproducido. Gracias a este método de trabajo no se producía el fenómeno de la transposición del dibujo ya que el trazado era el mismo. El defecto se originaba por ser la vitela casi translúcida. El ingenioso recurso también reducía el tiempo de ejecución, pues bastaba copiar el mismo diseño por la otra cara, lo cual también reducía los costes. En cambio, el presente códice no ha recurrido a semejante procedimiento. Los ornamentos marginales son distintos en una y otra cara del folio. En consecuencia, el manuscrito ofrece centenares de cenefas diferentes entre sí y de estilos muy variados. El diseño destaca por su exquisita y estilizada factura.

Se trata de una realización vinculada a la tradición flamenca, aunque hay algunas muestras "old fashion", de inspiración francesa. Sin duda alguna, circulaban colecciones de dibujos que serían utilizados por distintos artesanos en los numerosos talleres existentes en los países que cultivaron este tipo de producción libraria.

A mi juicio, los rasgos más notables de este manuscrito son el fenómeno de la variatio, practicado en los aspectos ornamentales, y la originalidad en el tratamiento del aparato iconográfico, amén del significado histórico comentado.

Tales notas le otorgan al códice la vitola de producto excepcional. Por un lado, se aplicaba el principio de la proportio, término que en la época se entendía como la búsqueda de la unidad en la variedad. Se trataba de conseguir una adecuada asociación de cosas diversas, la llamada apta coadunatio diversorum. La formulación de esta idea procedía del campo de la música y por homología se extendió a otras artes. Por otro lado, se tenía en cuenta el concepto de belleza inteligible o pulchritudo: "Lo bello se refiere a la facultad cognoscitiva, pues se llama bello a aquello cuya vista agrada. En consecuencia, la belleza consiste en la debida proporción, ya que los sentidos se deleitan con las cosas bien proporcionadas".

 

ALIUD DICITUR, ALIUD DEMONSTRATUR

En la cultura medieval, el símbolo, motivado e inexacto constituía el primer utensilio mental: se decía una cosa, pero, en realidad, se aludía a otra. Este habitus suponía el esfuerzo deleitoso de la interpretación. Una vez que se penetra en este juego, sugerir es más importante que afirmar, sentir que comprender, evocar que probar.

Un procedimiento muy utilizado fue la immutatio o cambio de significados entre términos cuyos referentes se relacionan por contigüidad. Una modalidad dentro de este sector consiste en designar un todo con el nombre de una de sus partes o viceversa. Tal figura retórica o tropo es denominada sinécdoque, la cual no es otra cosa que una variante cuantitativa de la metonimia. 

Este juego semántico se ha utilizado pródigamente en las dos páginas descritas a través de la vía icónica. En este caso la relación se ha establecido entre la parte y el todo (pars pro toto). Por ejemplo, los escudos de armas, las divisas y los lemas eran percibidos como unidades vinculables a un mismo referente, esto es, equivalían a las personas a las que representaban. Otro tanto se podría decir de la presencia del águila tetramórfica de san Juan, de la corona real y ducal, y del propio sistema heráldico del blasón. La "lectura" de estos elementos emblemáticos resultaba fácil en la época. 

Pero, además, se ha jugado con otros recursos, de la misma naturaleza, más sutiles, tales como la gama cromática de los pigmentos utilizados, que encierran la idea de excelencia y modernidad, y el emplazamiento elegido para insertar las adiciones comentadas. En este último caso el efecto de la contigüidad es evidente incluso en el plano real. En la parte superior del folio 437r está narrada la Coronación de la Virgen, en el pie del mismo se ha añadido el escudo del embajador y, a la derecha, la dedicatoria a doña Isabel. La elección de la página no es inocente. Hay un paralelismo tácito entre la Reina celestial y la temporal. Y un deseo de manifestar por parte de don Francisco de Rojas una voluntad de servicio jerárquicamente establecida y espacialmente indicada. La presencia del aparato heráldico en el f. 436v fortalece la idea de contigüidad. En la simbología medieval nada funciona fuera de un contexto. Los elementos significantes no poseen un significado en sí mismos, sino sólo empleos posibles en función de las circunstancias concomitantes. Esta forma de conexión establecía redes de relaciones más ricas que la suma de los elementos aislados. En el fondo se aspiraba a conseguir una pansemiosis ilimitada.

 

CODA

A lo largo de estas páginas he procurado poner en práctica el modo de apropiación de la obra de arte de acuerdo con las palabras de Quintiliano: "Los expertos juzgan la técnica compositiva de la obra y los profanos tan sólo el placer que les produce". Confío en que el análisis practicado de los folios 436v y 437r permita al lector extraer los múltiples matices contenidos en dos superficies rectangulares que son memorables en un doble sentido del término: porque son dignas de ser recordadas ya que marcaron un hito en la historia política de la Corona de Castilla y porque tienen una calidad excepcional...

 

 

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