Beato de Liébana, códice del Monasterio de San Pedro de Cardeña, Burgos

f. 3A, Dios entrega el libro al ángel y éste a Juan


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Se trata de la primera ilustración del maestro B, concebida de manera muy deficiente. A diferencia del Beato de Fernando I y de Gerona, donde la doble escena adopta similares dimensiones, se confiere especial protagonismo a la representación superior con Cristo entronizado entre dos ángeles, en detrimento de los tres personajes del espacio inferior, extremadamente reducidos. Cristo, que tiene un libro cerrado entre sus manos, ya ha dado el libro de la Revelación a un ángel, en presencia de otro al otro lado. En el registro inferior el ángel le ha dado a su vez el libro a Juan en presencia de otro personaje. Juan mantiene cerrado el último libro de la Biblia, a diferencia de otros Beatos anteriores, lo que parece sugerir que el iluminador desconocía el sentido de la ilustración. El personaje situado a su lado podría identificarse, como propone J. Yarza para el del Beato de Fernando I, con Prochoros o Procoro, uno de los siete varones citados en los Hechos de los Apóstoles, de incidencia en el arte bizantino, pero no en occidente. El ángel situado detrás de Cristo, no mencionado en el texto, se ha añadido para resaltar el carácter regio de aquél. El trono resulta muy historiado; consta de sendos cuerpos de serpiente, cuyas cabezas asoman lateralmente, y robustas patas prensiles. Cristo se sienta sobre grueso cojín. La escena se inscribe dentro de una iglesia de triple nave con arcos de medio punto ligeramente peraltados lobulados en el interior, separados por cuatro torres, que se repetirán en las iglesias de los mensajes. De hecho, parece una referencia a ellas. Pervive la división en bandas de colores planos, verde abajo y azul arriba, significando el cielo. Nimbos, arcos, collarinos de los capiteles y basas rebosan de dorados, lo que presta especial riqueza. La llamativa similitud de la ilustración del Beato de Manchester (f. 25v) refuerza de nuevo la idea de su dependencia del Beato de Cardeña. Solamente falta el elemento arquitectónico que enmarca la escena en el modelo.

Ángela Franco Mata
Jefa del Departamento de Antigüedades Medievales del Museo Arqueológico Nacional
(Fragmento del libro de estudio Beato de Cardeña)


f. 3A, Dios entrega el libro al ángel y éste a Juan

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f. 3A, Dios entrega el libro al ángel y éste a Juan

Se trata de la primera ilustración del maestro B, concebida de manera muy deficiente. A diferencia del Beato de Fernando I y de Gerona, donde la doble escena adopta similares dimensiones, se confiere especial protagonismo a la representación superior con Cristo entronizado entre dos ángeles, en detrimento de los tres personajes del espacio inferior, extremadamente reducidos. Cristo, que tiene un libro cerrado entre sus manos, ya ha dado el libro de la Revelación a un ángel, en presencia de otro al otro lado. En el registro inferior el ángel le ha dado a su vez el libro a Juan en presencia de otro personaje. Juan mantiene cerrado el último libro de la Biblia, a diferencia de otros Beatos anteriores, lo que parece sugerir que el iluminador desconocía el sentido de la ilustración. El personaje situado a su lado podría identificarse, como propone J. Yarza para el del Beato de Fernando I, con Prochoros o Procoro, uno de los siete varones citados en los Hechos de los Apóstoles, de incidencia en el arte bizantino, pero no en occidente. El ángel situado detrás de Cristo, no mencionado en el texto, se ha añadido para resaltar el carácter regio de aquél. El trono resulta muy historiado; consta de sendos cuerpos de serpiente, cuyas cabezas asoman lateralmente, y robustas patas prensiles. Cristo se sienta sobre grueso cojín. La escena se inscribe dentro de una iglesia de triple nave con arcos de medio punto ligeramente peraltados lobulados en el interior, separados por cuatro torres, que se repetirán en las iglesias de los mensajes. De hecho, parece una referencia a ellas. Pervive la división en bandas de colores planos, verde abajo y azul arriba, significando el cielo. Nimbos, arcos, collarinos de los capiteles y basas rebosan de dorados, lo que presta especial riqueza. La llamativa similitud de la ilustración del Beato de Manchester (f. 25v) refuerza de nuevo la idea de su dependencia del Beato de Cardeña. Solamente falta el elemento arquitectónico que enmarca la escena en el modelo.

Ángela Franco Mata
Jefa del Departamento de Antigüedades Medievales del Museo Arqueológico Nacional
(Fragmento del libro de estudio Beato de Cardeña)


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