Breviario de Isabel la Católica

f. 9r, David en su lecho de muerte


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Una miniatura de veinticuatro renglones sobre las dos columnas de texto, con David en su lecho de muerte, rodeado por servidores y un médico que examina una redoma de orina. David está recordando cómo construyó el primer altar en el solar del Templo, después de que Dios librara a Jerusalén de la pestilencia enviada para castigar su pecado de soberbia, y un profeta, que al lado de su cabecera apunta hacia la vista urbana y el paisaje del exterior, le revela la visión de una era de paz y justicia cuando se acaba con la discordia de la guerra, posiblemente ilustrando también la profecía mesiánica del capítulo (Jer 23, 5): «Mirad que viene el tiempo, dice el Señor, en que Yo haré nacer de David un vástago justo, el cual reinará como rey, y será sabio, y gobernará la tierra con rectitud y justicia».
En la ciudad está el Templo de Jerusalén, donde se ve a David arrodillado ante un altar en el que se consume un sacrificio. En el paisaje hay una escena de batalla, y un ángel blande una espada sobre el ejército; en el cielo, al lado del sol, otro ángel extiende sus brazos sobre la lucha de abajo. Este tema es único entre los utilizados en breviarios flamencos para el inicio del Adviento. La liturgia del día se refiere a la venida del Mesías, idea a veces representada por los israelitas en grupo suplicando a Dios que le envíe, como en el Breviario Grimani, o por el Árbol de Jesé, según la profecía de Isaías, como en el Breviario de Felipe el Bueno. En el rito dominicano el evangelio del día era Mt 21, 1-9, que refiere la Entrada de Cristo en Jerusalén, y en el rito romano-franciscano el invitatorio y la antífona de los salmos del primer nocturno de maitines para el Domingo de Adviento parafrasean Mt 21, 5, «He aquí que tu rey viene a ti», del relato de la Entrada en Jerusalén. En consecuencia, el Breviario de Leonor de Portugal (Nueva York, Morgan Library & Museum, M. 52) utiliza la Entrada en Jerusalén como miniatura de frontispicio que abre el primer domingo de Adviento. Cuesta trabajo entender por qué en el Breviario de Isabel la Católica se ilustra la muerte de David, aunque más adelante, en el salterio, se manifieste un gran interés por las escenas de la vida de David, en parte derivado del Comentario a los Salmos de Nicolás de Lyra. Es posible que la persona que asesoró a los artistas sobre las ilustraciones, tal vez un dominico, tuviera un interés particular por David, y quizá este tema para el primer domingo de Adviento procediera de un pasaje del comentario de Nicolás de Lyra.
Hay una orla completa de la primera categoría, con hojas y ramas de acanto blanco plateado, flores, frutos y tres aves, una de ellas un pavo real, sobre fondo amarillo dorado; una capitular de ocho renglones con flores en su interior da inicio al capítulo de las primeras vísperas.


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f. 9r, David en su lecho de muerte

Una miniatura de veinticuatro renglones sobre las dos columnas de texto, con David en su lecho de muerte, rodeado por servidores y un médico que examina una redoma de orina. David está recordando cómo construyó el primer altar en el solar del Templo, después de que Dios librara a Jerusalén de la pestilencia enviada para castigar su pecado de soberbia, y un profeta, que al lado de su cabecera apunta hacia la vista urbana y el paisaje del exterior, le revela la visión de una era de paz y justicia cuando se acaba con la discordia de la guerra, posiblemente ilustrando también la profecía mesiánica del capítulo (Jer 23, 5): «Mirad que viene el tiempo, dice el Señor, en que Yo haré nacer de David un vástago justo, el cual reinará como rey, y será sabio, y gobernará la tierra con rectitud y justicia».
En la ciudad está el Templo de Jerusalén, donde se ve a David arrodillado ante un altar en el que se consume un sacrificio. En el paisaje hay una escena de batalla, y un ángel blande una espada sobre el ejército; en el cielo, al lado del sol, otro ángel extiende sus brazos sobre la lucha de abajo. Este tema es único entre los utilizados en breviarios flamencos para el inicio del Adviento. La liturgia del día se refiere a la venida del Mesías, idea a veces representada por los israelitas en grupo suplicando a Dios que le envíe, como en el Breviario Grimani, o por el Árbol de Jesé, según la profecía de Isaías, como en el Breviario de Felipe el Bueno. En el rito dominicano el evangelio del día era Mt 21, 1-9, que refiere la Entrada de Cristo en Jerusalén, y en el rito romano-franciscano el invitatorio y la antífona de los salmos del primer nocturno de maitines para el Domingo de Adviento parafrasean Mt 21, 5, «He aquí que tu rey viene a ti», del relato de la Entrada en Jerusalén. En consecuencia, el Breviario de Leonor de Portugal (Nueva York, Morgan Library & Museum, M. 52) utiliza la Entrada en Jerusalén como miniatura de frontispicio que abre el primer domingo de Adviento. Cuesta trabajo entender por qué en el Breviario de Isabel la Católica se ilustra la muerte de David, aunque más adelante, en el salterio, se manifieste un gran interés por las escenas de la vida de David, en parte derivado del Comentario a los Salmos de Nicolás de Lyra. Es posible que la persona que asesoró a los artistas sobre las ilustraciones, tal vez un dominico, tuviera un interés particular por David, y quizá este tema para el primer domingo de Adviento procediera de un pasaje del comentario de Nicolás de Lyra.
Hay una orla completa de la primera categoría, con hojas y ramas de acanto blanco plateado, flores, frutos y tres aves, una de ellas un pavo real, sobre fondo amarillo dorado; una capitular de ocho renglones con flores en su interior da inicio al capítulo de las primeras vísperas.


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