Breviario de Isabel la Católica

f. 63r, La Creación


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Perteneciente al temporal, esta pintura pertenece a la primera fase de ejecución del Breviario de Isabel la Católica, realizada, en su mayor parte, por el Maestro del Libro de Oración de Dresde (c. 1440-c. 1520), procedente, quizá, de Utrecht o de Francia, habiéndose identificado, en este último aspecto, con el pintor Didier de la Rivière. Es uno de los artistas flamencos más originales de la segunda mitad del siglo XV, influido por Willem Vrelant y Philippe de Mazerolles, que se caracteriza por el carácter expresivo de las diferentes condiciones atmosféricas –que influirían en Simon Bening (1483/1484-1561), según puede verse en el calendario del Libro del Golf (Londres, The British Library, Add. Ms. 24098)– y por sus escenas bíblicas animadas y ocurrentes, que dota de humor, ironía y tensiones narrativas insospechadas, eligiendo, en ocasiones, temas infrecuentes. Asimismo, debe resaltarse sus personajes de gestos elocuentes y rostros expresivos para subrayar el significado del acontecimiento principal de cada episodio. En muchas ocasiones, sus figuras están representadas desde ángulos inusuales, por lo que las vistas distantes son bastante frecuentes en sus composiciones.
En la pintura, se muestra a Dios Padre, con facciones juveniles, vestido con capa pluvial, coronado con tiara papal de tres coronas, rematada por una cruz, y llevando un cetro –símbolo de su poder– en la mano izquierda, sobrevolando la tierra a la que bendice, lo que da origen a la aparición de la naturaleza vegetal y animal, representada esta última en el cielo por numerosos pájaros y, en la tierra, por animales domésticos o propios de Europa occidental –gato, conejo, jabalí, ciervo, toro, caballo, cabra...–, exóticos –dromedario, mono, león– o legendarios –unicornio–, todos ellos en el claro de un paisaje boscoso, rodeado por una amplia masa de aguas y una prominencia rocosa en la orilla.
La representación del Creador, joven y con atributos pontificales, aparece por primera vez en un manuscrito de la Ciudad de Dios, de c. 1375 (París, Bibliothèque nationale, ms. fr. 22913, f. 408v.). El concepto teológico expresado por la figura pontificia se adecua a lo que entiende san Agustín al hablar de Dios: el Ser Supremo que une en sí mismo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, esto es, la imagen de la Santísima Trinidad se reduce a una única Persona: a la imagen de Dios con vestiduras pontificias.
La orla que rodea pintura y texto muestra dos pares de acantos pintados en camafeo –dorado y blanco–,sujetos por sendos personajes en el bas de page, que se entrelazan, y donde están posados dos pájaros. La capitular P del texto presenta, en su interior, una voluminosa rosácea vista en trampantojo sobre fondo dorado.

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f. 63r, La Creación

Perteneciente al temporal, esta pintura pertenece a la primera fase de ejecución del Breviario de Isabel la Católica, realizada, en su mayor parte, por el Maestro del Libro de Oración de Dresde (c. 1440-c. 1520), procedente, quizá, de Utrecht o de Francia, habiéndose identificado, en este último aspecto, con el pintor Didier de la Rivière. Es uno de los artistas flamencos más originales de la segunda mitad del siglo XV, influido por Willem Vrelant y Philippe de Mazerolles, que se caracteriza por el carácter expresivo de las diferentes condiciones atmosféricas –que influirían en Simon Bening (1483/1484-1561), según puede verse en el calendario del Libro del Golf (Londres, The British Library, Add. Ms. 24098)– y por sus escenas bíblicas animadas y ocurrentes, que dota de humor, ironía y tensiones narrativas insospechadas, eligiendo, en ocasiones, temas infrecuentes. Asimismo, debe resaltarse sus personajes de gestos elocuentes y rostros expresivos para subrayar el significado del acontecimiento principal de cada episodio. En muchas ocasiones, sus figuras están representadas desde ángulos inusuales, por lo que las vistas distantes son bastante frecuentes en sus composiciones.
En la pintura, se muestra a Dios Padre, con facciones juveniles, vestido con capa pluvial, coronado con tiara papal de tres coronas, rematada por una cruz, y llevando un cetro –símbolo de su poder– en la mano izquierda, sobrevolando la tierra a la que bendice, lo que da origen a la aparición de la naturaleza vegetal y animal, representada esta última en el cielo por numerosos pájaros y, en la tierra, por animales domésticos o propios de Europa occidental –gato, conejo, jabalí, ciervo, toro, caballo, cabra...–, exóticos –dromedario, mono, león– o legendarios –unicornio–, todos ellos en el claro de un paisaje boscoso, rodeado por una amplia masa de aguas y una prominencia rocosa en la orilla.
La representación del Creador, joven y con atributos pontificales, aparece por primera vez en un manuscrito de la Ciudad de Dios, de c. 1375 (París, Bibliothèque nationale, ms. fr. 22913, f. 408v.). El concepto teológico expresado por la figura pontificia se adecua a lo que entiende san Agustín al hablar de Dios: el Ser Supremo que une en sí mismo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, esto es, la imagen de la Santísima Trinidad se reduce a una única Persona: a la imagen de Dios con vestiduras pontificias.
La orla que rodea pintura y texto muestra dos pares de acantos pintados en camafeo –dorado y blanco–,sujetos por sendos personajes en el bas de page, que se entrelazan, y donde están posados dos pájaros. La capitular P del texto presenta, en su interior, una voluminosa rosácea vista en trampantojo sobre fondo dorado.

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