Las Muy Ricas Horas del duque Jean de Berry

f. 2v, Febrero


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Febrero suele ser el mes más frío del año. Los hermanos Limbourg pintaron un paisaje típicamente invernal, cuya minuciosidad en el detalle -como en las marcas de los pasos sobre la nieve, el vaho de la respiración y la señora soplándose los dedos- evocan a la perfección la atmósfera dura y sórdida de este mes, así como la vida de los campesinos. Una luz lívida, mortecina, parece iluminar débilmente el paisaje nevado de la campiña. A lo lejos, un pueblo esconde sus tejados nevados entre dos colinas. Dirigiéndose al pueblo, un campesino guía a su asno con una pesada carga. Cerca de él, el grácil gesto de un hombre que corta leña contrasta con la postura de los demás personajes que aparecen al aire libre, qué más bien parecen ateridos por el frío. La impresión general que logran transmitir los artistas es la de un ambiente castigado, casi ralentizado, por las bajas temperaturas invernales.

Todos los elementos han sido representados con meticuloso cuidado: el palomar, las colmenas, el carro, el establo con sus corderos, el edificio que sirve d vivienda, los cuervos que picotean, etc. El diseño y la escenografía de la imagen, as como la atmósfera invernal, han sido cuidadosamente meditados, testimonio de perfeccionismo de sus autores. Esta miniatura es un claro anticipo del arte de Bruegel.


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f. 2v, Febrero

Febrero suele ser el mes más frío del año. Los hermanos Limbourg pintaron un paisaje típicamente invernal, cuya minuciosidad en el detalle -como en las marcas de los pasos sobre la nieve, el vaho de la respiración y la señora soplándose los dedos- evocan a la perfección la atmósfera dura y sórdida de este mes, así como la vida de los campesinos. Una luz lívida, mortecina, parece iluminar débilmente el paisaje nevado de la campiña. A lo lejos, un pueblo esconde sus tejados nevados entre dos colinas. Dirigiéndose al pueblo, un campesino guía a su asno con una pesada carga. Cerca de él, el grácil gesto de un hombre que corta leña contrasta con la postura de los demás personajes que aparecen al aire libre, qué más bien parecen ateridos por el frío. La impresión general que logran transmitir los artistas es la de un ambiente castigado, casi ralentizado, por las bajas temperaturas invernales.

Todos los elementos han sido representados con meticuloso cuidado: el palomar, las colmenas, el carro, el establo con sus corderos, el edificio que sirve d vivienda, los cuervos que picotean, etc. El diseño y la escenografía de la imagen, as como la atmósfera invernal, han sido cuidadosamente meditados, testimonio de perfeccionismo de sus autores. Esta miniatura es un claro anticipo del arte de Bruegel.


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