Libro de Horas de Juana I de Castilla

f. 5v, Calendario, Septiembre


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Escorpión se muestra bajo un aspecto escasamente naturalista, lo que denota el desconocimiento del pintor acerca de ese arácnido. Así, las pinzas no se distinguen de los tres pares de patas, y se presenta como un artrópodo con la cabeza acabada en forma de punta; ahora bien, el caparazón segmentado y la cola articulada en alto y rematada en aguijón en actitud de ataque permiten diferenciarlo del signo de Cáncer en la representación de cangrejo de río. Por su parte, desde la Alta Edad Media, este artrópodo había adquirido connotaciones negativas que repercutieron en el escorpión astrológico, según la opinión manifestada por el agustino Alexander Neckam en De naturis rerum y por Bartholomaeus Anglicus en De Propietates rerum, entre otros autores.

En la escena inferior, al fondo de la cual se aprecian árboles de amarilla y escasa fronda, se representa, en una parcela empalizada, la labranza y la siembra del cereal de invierno, cuyas semillas se encuentran en un saco situado en un extremo del campo; depositadas posteriormente en la talega que, a modo de mandil, cuelga de los hombros de un campesino, éste las esparce por los surcos. En primer plano, la arada, tema habitual en la iconografía estacional de la Antigüedad, tanto en sarcófagos como en mosaicos, perviviendo en la Edad Media en una serie de ejemplos de fuerte raigambre clásica. El campesino tiene una aguijada en su mano derecha para picar los caballos y sujeta con la izquierda la esteva con que dirige la reja del arado, de tipo pesado con ruedas, cuyas primeras manifestaciones artísticas se encuentran en manuscritos del siglo XI.


<p>f. 5v, Calendario, Septiembre</p>

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f. 5v, Calendario, Septiembre

Escorpión se muestra bajo un aspecto escasamente naturalista, lo que denota el desconocimiento del pintor acerca de ese arácnido. Así, las pinzas no se distinguen de los tres pares de patas, y se presenta como un artrópodo con la cabeza acabada en forma de punta; ahora bien, el caparazón segmentado y la cola articulada en alto y rematada en aguijón en actitud de ataque permiten diferenciarlo del signo de Cáncer en la representación de cangrejo de río. Por su parte, desde la Alta Edad Media, este artrópodo había adquirido connotaciones negativas que repercutieron en el escorpión astrológico, según la opinión manifestada por el agustino Alexander Neckam en De naturis rerum y por Bartholomaeus Anglicus en De Propietates rerum, entre otros autores.

En la escena inferior, al fondo de la cual se aprecian árboles de amarilla y escasa fronda, se representa, en una parcela empalizada, la labranza y la siembra del cereal de invierno, cuyas semillas se encuentran en un saco situado en un extremo del campo; depositadas posteriormente en la talega que, a modo de mandil, cuelga de los hombros de un campesino, éste las esparce por los surcos. En primer plano, la arada, tema habitual en la iconografía estacional de la Antigüedad, tanto en sarcófagos como en mosaicos, perviviendo en la Edad Media en una serie de ejemplos de fuerte raigambre clásica. El campesino tiene una aguijada en su mano derecha para picar los caballos y sujeta con la izquierda la esteva con que dirige la reja del arado, de tipo pesado con ruedas, cuyas primeras manifestaciones artísticas se encuentran en manuscritos del siglo XI.


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