El mundo en la era de los descubrimientos


Historia. La Biblioteca foral acoge una muestra sobre la primera circunnavegación y homenajea a Elcano con reproducciones perfectas de joyas únicas de la cartografía

 

JULIO ARRIETA

 

Este es el ‘Atlas Vallard’, de 1547», señala el editor Manuel Moleiro. En la página por la que está abierto se ve una costa trazada con detalle y en el interior aparecen dibujados varios indígenas, desnudos, armados con arcos. Entre ellos el que parece ser un jefe está negociando con unos europeos. «Es el extremo sur de América, aquí arriba se ve el estrecho de Magallanes». ¿Arriba? Hay algo raro en este mapa... «Sí», dice el editor, sonriendo. «Una curiosidad de este atlas es su orientación. En sus mapas el norte está hacia abajo y el sur hacia arriba, al modo de los cartógrafos musulmanes».

 

El libro forma parte de la veintena de obras que se muestran desde ayer y hasta el 30 de mayo en la Biblioteca de la Diputación, en Bilbao, en una exposición conmemorativa del V centenario de la primera circunnavegación de la Tierra, iniciada en 1519 al mando de Fernando de Magallanes y culminada en 1522 por el guipuzcoano Juan Sebastián de Elcano. Las obras cartográficas, los «atlas iluminados de los años que cambiaron el mundo», son el eje de la muestra, que retrocede más allá de la era de los descubrimientos, hasta la plena Edad Media.

 

Los libros expuestos parecen antiguos, pero no lo son. Se trata de reproducciones perfectas para las que el término facsímil se queda tibio. «Los han llamado clones. Yo me suelo referir a ellos como casi originales», dice Moleiro, su artífice, más que editor. Son libros elaborados con los mismos materiales que los originales, «que siempre suelen ser obras únicas». A su lado, estos clones «son idénticos, no se distinguen. Tienen las mismas medidas, el mismo tacto. Huelen igual». ¿Imitan el olor? «Sí, no es algo tan difícil como puede parecer, si se usa el mismo tipo de papel o de piel, tratada de forma artesana», sin productos químicos.

 

Hoy día un atlas es un libro bastante común, una obra de consulta que antes de la Wikipedia era normal tener en casa para resolver dudas geográficas. Los originales de los atlas expuestos en Bilbao son otra historia. Eran obras únicas, hechas a mano por los mejores cartógrafos y miniaturistas con materiales exquisitos, por encargo para reyes y emperadores. En estos atlas se mezclaba la información novedosa aportada por los descubrimientos tanto en América como en Asia con la información antigua, sobre todo de la ‘Geografía’ de Ptolomeo, muy importante en la cartografía renacentista. «Estos mapas son más que información geográfica. Tenían un sentido y un mensaje político también», comenta Moleiro. «El ejemplo perfecto es el ‘Atlas Miller’».

 

Un mapa con mensaje

De una extraordinaria y suntuosa riqueza decorativa, el ‘Atlas Miller’ (1517-1519) muestra la visión del orbe que tenía Portugal frente a España a comienzos del siglo XVI. La corona lusa y la castellana se disputaban el mundo, a partir de un reparto establecido por el Tratado de Tordesillas en (1494). «Este atlas se hizo por encargo de Manuel I, de Portugal, para regalar a Carlos I de España, su yerno, y va en contra de la tesis de Magallanes». Su planisferio no es un dibujo inocente: «Muestra un mar cerrado, sin ningún estrecho al sur de América que permita pasar hacia la India, dando a entender que solo se puede llegar a las Molucas rodeando África», como hacían los portugueses. «Le está diciendo a Carlos I que los españoles no tienen nada que hacer, que Magallanes está equivocado».

 

Mapa con truco. Siguiendo a Ptolomeo, el planisferio del ‘Atlas Miller’ muestra un gran mar cerrado, en el que no se puede pasar por América hacia la India. Era un mensaje contra el proyecto de Magallanes.  M. M.

 

 

El mencionado ‘Atlas Vallard’ «es uno de los más notables del siglo XVI», comenta Moleiro. Realizado en Francia por un cartógrafo portugués, «muestra por primera vez la costa oriental de Australia, algo más de dos siglos antes de la llegada de Cook, que suele ser considerado erróneamente su descubridor».

 

 

Arriba y abajo. En el ‘Atlas Vallard’ el norte está abajo y el sur está arriba. En esta ilustración se muestra el extremo sur de América, con el estrecho de Magallanes encima. Destaca por ser de los primeros en representar la vida de los indígenas.  M. M.

 

 

También se incluyen en la muestra el ‘Atlas universal de Diogo Homem’ y el ‘Atlas universal de Fernando Vaz Dourado’. El primero, realizado en 1565 de mano del más prolífico de los cartógrafos portugueses, que le da nombre, cuando ya se han culminado los descubrimientos más significativos, ofrece ya una visión total del planeta. El segundo, de 1571, fue realizado en Goa (India). Sus mapas del Extremo Oriente incluyen numerosas novedades para los europeos, como Japón y Macao.

 

La exposición se completa con una selección de obras de temática diversa, reflejo del contexto cultural y político de la época de los descubrimientos que daría paso a la revolución científica: tratados de medicina, botánica, alquimia y cinegética; además de libros de horas y otras obras religiosas.

 

OTROS SABERES

 

Religión

Libros de rezos únicos para distinguir a sus propietarios

 

 

Desde la Edad Media y hasta bien entrada la Edad Moderna los libros de horas fueron un signo de distinción. Elaborados por encargo, eran únicos, realizados en exclusiva para quien los encargaba, reyes, nobles y alta burguesía. Contenían los rezos y salmos que habitualmente leía su propietario. La muestra de la Biblioteca foral incluye varios, entre los que destaca, por su calidad excepcional, el de Enrique IV de Francia y III de Navarra, de 1510. Su nivel de fastuosidad es tal que su propietario hizo estampar su escudo en la encuadernación.

 

Medicina y Botánica

Imágenes refinadas para recuperar el saber clásico

 

 

 

La exposición incluye el ‘Dioscórides de Cibo y Mattioli’, de 1564-1582. Es un ejemplo de la recuperación de un texto clásico, la ‘Materia Medica’ de Dioscórides (siglo I), por parte de los humanistas. Gherardo Cibo fue un artista y botánico extraordinario que recogió una serie de textos del médico sienés Pietro Andra Mattioli, que había recuperado a su vez los escritos del sabio griego romano, haciéndolos accesibles a médicos y herboristas que no conocían las lenguas clásicas. El manuscrito resultante destaca por sus ilustraciones, imágenes realistas y refinadas.

 

Astrología

Los secretos de los astros revelados a Europa

 

 

 

El interés por el cielo se disparó en la baja Edad Media. Se trataba de un conocimiento precientífico, en el que el saber empírico, basado en la observación, se mezclaba con la creencia en el influjo de los astros, común entre los médicos medievales. Uno de los textos de referencia fue el ‘Tratado de Albumasar’, sabio persa del siglo IX que sistematizó todos los conocimientos celestes a su alcance. A él se debe el concepto de era astrológica, asumido todavía hoy por quienes creen en el horóscopo. Esta versión es un manuscrito del siglo XIV.

 

LA FRASE

Manuel Moleiro

Editor

«Estos mapas son más que información geográfica. Tenían un sentido político también»

 

LA EXPOSICIÓN

Fechas y horas. Hasta el 30 de mayo en la Biblioteca foral. De 10.30 a 14.30 y 16.30 a 20.00, de lunes a viernes. De 10.00 a 13.00, los sábados.

Charla sobre Elcano, de Borja Aguinagalde, el 19 de mayo a las 19.00, en el Archivo Foral.

 

 

 

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