Libro de los Medicamentos Simples

f. 162r


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Las cerezas, llamadas cerasa. Las agrias provocan el apetito, confortan el estómago, quitan el dolor de estómago, y son provechosas para los coléricos. Las cerezas dulces confortan y engendran sangre buena, y humedecen el cuerpo. También laxan el vientre, provocan la orina, y hacen tener buen color. Sirven también contra el dolor de hígado y la enfermedad real. Los huesos de las cerezas sirven contra la estranguria y la disuria, y para romper la piedra. La resina del cerezo sirve contra el herpes.
El almizcle desgasta los humores y sirve contra la debilidad de corazón que hace tener desmayos, así como contra todo tipo de debilidad en el cuerpo, la debilidad y dolor y estómago, la debilidad del cerebro, el descendimiento la matriz, y la sofocación de esta misma. También sirve para provocar el flujo menstrual, para ayudar a concebir y contra el hedor de la boca y de las axilas.
Las avellanas son más frías y más ácidas que las nueces, además tienen una consistencia más firme, espesa y densa que ellas. Las avellanas tienen muy poca o ninguna untuosidad, razón por la cual son mejor nutrimento para el cuerpo que las nueces. Lo que si son es de digestión más lenta y tardan más en salir del cuerpo. Engendran inflamación de vientre, en especial si se comen con la corteza de fuera, pero si se quita son de mucha mejor digestión. Son muy provechosas para aquellos que tienen tos antigua, en especial si se pican o machacan con miel y luego se comen. Cuando se asan y luego se toman con un poco de pimienta, sirven contra el reuma, pero si se comen en ayunas sin asar, entonces sirven contra el veneno. Si se machacan con la corteza de fuera y se mezclan con grasa de marrana o de oso sirven a aquellos que tienen alopecia, a los cuales se les cae el cabello, haciendo volver a crecer el pelo en los lugares pelados. Hay un autor que dice que para cuando alguien que es muy gordo quiere estar flaco, debe llenar una sartén de hierro de flores de avellana y hervirlas en vino durante día y noche, añadiendo vino cada vez que sea necesario para que no se seque, luego filtrarlo para beber tres onzas de este vino durante cinco días. Esto se debe hacer durante el mes de febrero.
Las avellanas son más frías y más ácidas que las nueces, además tienen una consistencia más firme, espesa y densa que ellas. Las avellanas tienen muy poca o ninguna untuosidad, razón por la cual son mejor nutrimento para el cuerpo que las nueces. Lo que si son es de digestión más lenta y tardan más en salir del cuerpo. Engendran inflamación de vientre, en especial si se comen con la corteza de fuera, pero si se quita son de mucha mejor digestión. Son muy provechosas para aquellos que tienen tos antigua, en especial si se pican o machacan con miel y luego se comen. Cuando se asan y luego se toman con un poco de pimienta, sirven contra el reuma, pero si se comen en ayunas sin asar, entonces sirven contra el veneno. Si se machacan con la corteza de fuera y se mezclan con grasa de marrana o de oso sirven a aquellos que tienen alopecia, a los cuales se les cae el cabello, haciendo volver a crecer el pelo en los lugares pelados. Hay un autor que dice que para cuando alguien que es muy gordo quiere estar flaco, debe llenar una sartén de hierro de flores de avellana y hervirlas en vino durante día y noche, añadiendo vino cada vez que sea necesario para que no se seque, luego filtrarlo para beber tres onzas de este vino durante cinco días. Esto se debe hacer durante el mes de febrero.

 

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Las cerezas, llamadas cerasa. Las agrias provocan el apetito, confortan el estómago, quitan el dolor de estómago, y son provechosas para los coléricos. Las cerezas dulces confortan y engendran sangre buena, y humedecen el cuerpo. También laxan el vientre, provocan la orina, y hacen tener buen color. Sirven también contra el dolor de hígado y la enfermedad real. Los huesos de las cerezas sirven contra la estranguria y la disuria, y para romper la piedra. La resina del cerezo sirve contra el herpes.
El almizcle desgasta los humores y sirve contra la debilidad de corazón que hace tener desmayos, así como contra todo tipo de debilidad en el cuerpo, la debilidad y dolor y estómago, la debilidad del cerebro, el descendimiento la matriz, y la sofocación de esta misma. También sirve para provocar el flujo menstrual, para ayudar a concebir y contra el hedor de la boca y de las axilas.
Las avellanas son más frías y más ácidas que las nueces, además tienen una consistencia más firme, espesa y densa que ellas. Las avellanas tienen muy poca o ninguna untuosidad, razón por la cual son mejor nutrimento para el cuerpo que las nueces. Lo que si son es de digestión más lenta y tardan más en salir del cuerpo. Engendran inflamación de vientre, en especial si se comen con la corteza de fuera, pero si se quita son de mucha mejor digestión. Son muy provechosas para aquellos que tienen tos antigua, en especial si se pican o machacan con miel y luego se comen. Cuando se asan y luego se toman con un poco de pimienta, sirven contra el reuma, pero si se comen en ayunas sin asar, entonces sirven contra el veneno. Si se machacan con la corteza de fuera y se mezclan con grasa de marrana o de oso sirven a aquellos que tienen alopecia, a los cuales se les cae el cabello, haciendo volver a crecer el pelo en los lugares pelados. Hay un autor que dice que para cuando alguien que es muy gordo quiere estar flaco, debe llenar una sartén de hierro de flores de avellana y hervirlas en vino durante día y noche, añadiendo vino cada vez que sea necesario para que no se seque, luego filtrarlo para beber tres onzas de este vino durante cinco días. Esto se debe hacer durante el mes de febrero.
Las avellanas son más frías y más ácidas que las nueces, además tienen una consistencia más firme, espesa y densa que ellas. Las avellanas tienen muy poca o ninguna untuosidad, razón por la cual son mejor nutrimento para el cuerpo que las nueces. Lo que si son es de digestión más lenta y tardan más en salir del cuerpo. Engendran inflamación de vientre, en especial si se comen con la corteza de fuera, pero si se quita son de mucha mejor digestión. Son muy provechosas para aquellos que tienen tos antigua, en especial si se pican o machacan con miel y luego se comen. Cuando se asan y luego se toman con un poco de pimienta, sirven contra el reuma, pero si se comen en ayunas sin asar, entonces sirven contra el veneno. Si se machacan con la corteza de fuera y se mezclan con grasa de marrana o de oso sirven a aquellos que tienen alopecia, a los cuales se les cae el cabello, haciendo volver a crecer el pelo en los lugares pelados. Hay un autor que dice que para cuando alguien que es muy gordo quiere estar flaco, debe llenar una sartén de hierro de flores de avellana y hervirlas en vino durante día y noche, añadiendo vino cada vez que sea necesario para que no se seque, luego filtrarlo para beber tres onzas de este vino durante cinco días. Esto se debe hacer durante el mes de febrero.

 

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