Las Grandes Horas de Ana de Bretaña

f. 47v, Crucifixión


Volver

María Magdalena, con la cabeza descubierta, abraza los pies sangrantes de Cristo crucificado. A la izquierda, la Virgen y a la derecha, san Juan, muestran su dolor por la muerte de Jesús.
El cielo estrellado y las montañas del fondo tiñen de añil un paisaje nocturno, efecto muy del gusto de Bourdichon, como podemos ver en otras espléndidas escenas nocturnas de las Grandes Horas de Ana de Bretaña.
Un nutrido grupo de soldados regresa a Jerusalén, la gran ciudad de plano circular que se entreve en la oscuridad, al fondo, donde destaca la planta centralizada del Templo de Salomón.


f. 47v, Crucifixión

Volver

f. 47v, Crucifixión

María Magdalena, con la cabeza descubierta, abraza los pies sangrantes de Cristo crucificado. A la izquierda, la Virgen y a la derecha, san Juan, muestran su dolor por la muerte de Jesús.
El cielo estrellado y las montañas del fondo tiñen de añil un paisaje nocturno, efecto muy del gusto de Bourdichon, como podemos ver en otras espléndidas escenas nocturnas de las Grandes Horas de Ana de Bretaña.
Un nutrido grupo de soldados regresa a Jerusalén, la gran ciudad de plano circular que se entreve en la oscuridad, al fondo, donde destaca la planta centralizada del Templo de Salomón.


Preferencias sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Para más obtener más información puedes leer nuestra política sobre cookies. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón Aceptar o configurarlas o rechazar su uso haciendo click AQUÍ.