Livro do Golfe (Livro de Horas)

f. 2v


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Las Horas de la Virgen son parte esencial del libro de horas. En este caso, Bening ha optado por representar el ciclo de la Pasión de Cristo, en lugar del de la infancia. Las imágenes ofrecen temas para la meditación; son, en palabras de R. S. Wieck, “oraciones pintadas”, que pueden conmover de la misma forma que las pinturas de una iglesia. El oficio divino comienza con las oraciones de maitines, que se rezan antes del amanecer. De hecho, antiguamente se cantaban los maitines durante las primeras horas del día, poco después de la media noche. En la miniatura, san Juan, san Mateo y san Pedro aparecen dormidos, mientras Cristo está postrado ante el ángel que acude a confortarlo y sostiene un cáliz dorado, símbolo de la cólera y del juicio de Dios. Las primeras representaciones de la Oración en el Huerto de los olivos datan del último tercio del siglo IV. En el lateral derecho del folio siguiente, Moisés aparece arrodillado en lo alto del monte Sinaí recibiendo las tablas de la ley de manos de Dios.

Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia

f. 2v, Maitines: Oración en el Huerto de los Olivos

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f. 2v

Las Horas de la Virgen son parte esencial del libro de horas. En este caso, Bening ha optado por representar el ciclo de la Pasión de Cristo, en lugar del de la infancia. Las imágenes ofrecen temas para la meditación; son, en palabras de R. S. Wieck, “oraciones pintadas”, que pueden conmover de la misma forma que las pinturas de una iglesia. El oficio divino comienza con las oraciones de maitines, que se rezan antes del amanecer. De hecho, antiguamente se cantaban los maitines durante las primeras horas del día, poco después de la media noche. En la miniatura, san Juan, san Mateo y san Pedro aparecen dormidos, mientras Cristo está postrado ante el ángel que acude a confortarlo y sostiene un cáliz dorado, símbolo de la cólera y del juicio de Dios. Las primeras representaciones de la Oración en el Huerto de los olivos datan del último tercio del siglo IV. En el lateral derecho del folio siguiente, Moisés aparece arrodillado en lo alto del monte Sinaí recibiendo las tablas de la ley de manos de Dios.

Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia

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