Con un catálogo de 50 manuscritos ilustrados de los siglos VIII y XVI, el editor Manuel Moleiro planea incorporar un códice mesoamericano

 

Virginia Bautista | 10-02-2024

 

La Biblia de San Luis, confeccionada en el siglo XIII en tres tomos, que pertenecía al Rey de Francia, narra toda La Biblia en 5 mil medallones de hoja de oro y lápiz azul. El Apocalipsis de Val-Dieu (1330), realizado en Normandía, incluye el texto de ese libro en latín y en francés, y está ilustrado con refinadas miniaturas.

 

Éstos son dos de los 50 manuscritos ilustrados o códices, considerados joyas bibliográficas de la cultura universal, que integran el catálogo de "tesoros clonados" de la editorial española M. Moleiro, con sede en Barcelona.

 

Bajo el lema "El arte de la perfección", el sello fundado por el editor y especialista Manuel Moleiro hace 33 años ha enfrentado el reto de "clonar" obras maestras de la historia del arte, realizadas entre los siglos VIII y XVI por los artistas más importantes de la época.

 

"Son obras 'casi originales', ediciones primeras, únicas e irrepetibles, limitadas a 987 ejemplares numerados y autentificados frente a notario. Se trata de códices excepcionales que han preservado en sus folios durante siglos el conocimiento más elevado y el arte más sublime", afirma Moleiro en entrevista con Excélsior.

 

 

Vía telefónica desde Barcelona, el director de la editorial comenta que se han especializado en la clonación para conservar, estudiar y difundir estos códices que hoy están resguardados en bibliotecas y museos nacionales.

 

"Estamos democratizando los manuscritos más importantes de Europa, tesoros que antes eran inaccesibles", agrega sobre la edición de Biblias, Libros de horas, Libros de caza, Apocalipsis, Beatos, Cartografías, Mapas, Atlas y Tratados de medicina, alquimia, botánica, música, cinegética y sexología.

 

"La clonación es la única forma de conocer estas joyas que fueron encargadas por reyes, emperadores o papas. Nuestro objetivo es realizar un ejemplar difícilmente distinguible del original, un clon. En una mesa de luz se coteja que sea el mismo tamaño, grosor, peso e incluso olor.

 

"Son encuadernados en las mismas pieles. Para las cubiertas buscamos en Asia o África, países donde las curtan con métodos vegetales, porque en las naciones desarrolladas las curten dejando residuos de cromo y cloro, lo que las hace más duras", detalla.

 

 

Dice que para seleccionar un manuscrito van de la mano con las grandes bibliotecas y museos, como el Metropolitan Museum of Art y Morgan Library & Museum, de Nueva York; la Huntington Library, en San Marino (California); la British Library, en Londres; la Bibliothèque Nationale de France, en París; la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo; la Biblioteca Casanatense, en Roma; la Biblioteca Nacional de España; el Arquivo Nacional da Torre do Tombo y el Museu Fundação Calouste Gulbenkian, en Lisboa, entre otros.

 

Con un tiempo de elaboración de entre dos y seis años, a cargo de un equipo de especialistas, estos manuscritos únicos son acompañados de un libro de estudios, ricamente ilustrado y escrito en español, inglés y francés.

 

Ahora, por primera vez, la editorial Moleiro está presente en la vigésima edición de Zona Maco, donde hoy y mañana se podrán admirar 11 piezas que están en exhibición en su stand ubicado en el área de Libros, donde se podrán ver y hojear.

 

Diego de Urbiola, al frente del stand, destaca en entrevista que "no es el dinero lo que tienen en común nuestros clientes, sino la cultura y la sensibilidad por este tipo de piezas".

 

Indica que es vital el hecho de que sean menos de mil ejemplares los que se imprimen de estas joyas. "Esto le da un valor inmenso a las piezas y el que no las repitamos hace que sean un objeto de auténtico deseo.

 

"Todas son obras maestras; es decir, no se eligen porque sean bonitas, sino porque, además, tienen un peso muy fuerte dentro de la cultura occidental", apunta sobre los ejemplares que cuestan, dice, entre 545 y 30 mil euros.

 

Ambos entrevistados coinciden en que el interés de los mexicanos en adquirir estas joyas se ha "disparado exponencialmente", por lo que piensan, a mediano plazo, incorporar un códice mesoamericano en el catálogo de la editorial.

 

De hecho, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha adquirido unas 30 piezas, dice Moleiro.

 

 

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