Apocalipsis 1313

f. 45r, El juicio de las naciones (Apocalipsis 14, 17-20)


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En el registro superior, el artista ha representado de nuevo al ángel saliendo del templo celestial y poniendo en práctica el mandamiento que ha recibido de arrojar su guadaña sobre las naciones. La aguzada hoja, cuyo brillo se ha visto apagado por la oxidación de la plata, corta de un solo golpe varias cabezas entre salpicaduras de sangre. Este espectáculo hace que se encabriten las monturas de tres jinetes procedentes de una ciudad representada a la derecha. Esos caballos asustados por la visión de la carnicería sirven aquí de substitutos iconográficos de los caballos que, en el Apocalipsis, hacen girar la rueda del lagar de la venganza de Dios, cuya plétora de sangre sube hasta los bocados de las bestias. Así, al tiempo que opera una transposición, el miniaturista ha querido conservar cierto número de elementos descriptivos como los caballos y la ciudad.

En el registro inferior, la nube se retira escupiendo llamas, desvelando un fondo dorado en el que aparece, en una gloria oval engarzada de perlas, el Cristo del Juicio rodeado por los instrumentos de su Pasión y exhibiendo las llagas de las que fluye la sangre redentora. Después de que el ángel segador haya «puesto fin a la impiedad de los terrestres» y extirpado a «los felones que vivían con los justos en la ciudad de la Iglesia», los fieles se aproximan al Hijo de hombre para adorarle.

Marie-Thérèse Gousset y Marianne Besseyre
Centro de Investigación de Manuscritos Iluminados, Bibliothèque nationale de France
Fragmento del libro de estudio Apocalipsis 1313


f. 45r, El juicio de las naciones (Apocalipsis 14, 17-20)

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f. 45r, El juicio de las naciones (Apocalipsis 14, 17-20)

En el registro superior, el artista ha representado de nuevo al ángel saliendo del templo celestial y poniendo en práctica el mandamiento que ha recibido de arrojar su guadaña sobre las naciones. La aguzada hoja, cuyo brillo se ha visto apagado por la oxidación de la plata, corta de un solo golpe varias cabezas entre salpicaduras de sangre. Este espectáculo hace que se encabriten las monturas de tres jinetes procedentes de una ciudad representada a la derecha. Esos caballos asustados por la visión de la carnicería sirven aquí de substitutos iconográficos de los caballos que, en el Apocalipsis, hacen girar la rueda del lagar de la venganza de Dios, cuya plétora de sangre sube hasta los bocados de las bestias. Así, al tiempo que opera una transposición, el miniaturista ha querido conservar cierto número de elementos descriptivos como los caballos y la ciudad.

En el registro inferior, la nube se retira escupiendo llamas, desvelando un fondo dorado en el que aparece, en una gloria oval engarzada de perlas, el Cristo del Juicio rodeado por los instrumentos de su Pasión y exhibiendo las llagas de las que fluye la sangre redentora. Después de que el ángel segador haya «puesto fin a la impiedad de los terrestres» y extirpado a «los felones que vivían con los justos en la ciudad de la Iglesia», los fieles se aproximan al Hijo de hombre para adorarle.

Marie-Thérèse Gousset y Marianne Besseyre
Centro de Investigación de Manuscritos Iluminados, Bibliothèque nationale de France
Fragmento del libro de estudio Apocalipsis 1313


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