Breviario de Isabel la Católica

f. 8v, Las doce sibilas


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Miniatura a toda página, de treinta y cuatro renglones de alto, que muestra a doce sibilas sentadas, con filacterias en las que se anuncia la venida del Verbo encarnado y su misión salvífica; en la fila de atrás, las sibilas Líbica, Délfica (¿con un tintero en la mano?), Cimeria, Eritrea (con una espada), Samia y Agripa, y en el primer término las sibilas Pérsica, Cumana (leyendo un libro), Helespóntica, Frigia, Tiburtina (con rollos) y Europea (con un rollo). Las inscripciones que se leen sobre las filacterias y las figuras son: Sibilla Libica, Erit Statera Cunctorum; Sibilla Delphica, Absque Matris Coitu Ex Virgine Eius; Sibilla Cimara, Et Lac De Celo Missum; Sibilla Erithrea, Iacebit In Feno Agnus; Sibilla Samia, Laudate Eum In Atriis Celorum; Sibilla Agrippa, Invisibile Verbum Palpabitur; Sibilla Persica, Erit Salus Gentium; Sibilla Cumana, Surgit Mons Aurea Mundo; Sibilla Helespontina, Prospexit Deus Humiles Suos; Sibilla Phrigia, Ex Olimpo Excelsus Veniet; Sibilla Tiburtina, Nascetur Christus In Bethlehem; Sibilla Europa, Regnabit In Paupertate (Sibila Líbica, Él será la balanza [del juicio] de todos; Sibila Délfica, Sin unión sexual de su madre [nacerá] de una virgen; Sibila Cimeria, Y leche enviada del Cielo; Sibila Eritrea, Yacerá el Cordero en las pajas; Sibila Samia, Alabadle en los atrios del Cielo; Sibila Agripa, El Verbo invisible será tocado; Sibila Pérsica, Será la salvación de los gentiles; Sibila Cumana, La raza dorada se alzará en el mundo; Sibila Helespóntica, Dios ha mirado a su pueblo humilde; Sibila Frigia, Del Olimpo vendrá el Altísimo; Sibila Tiburtina, Nacerá el Cristo en Belén; Sibila Europea, Reinará siendo pobre). Hay una orla completa de la primera categoría, con flores, hojas de acanto doradas, una mariposa y dos aves sobre fondo gris.
La fuente de donde están tomados los textos de las profecías sibilinas es la obra del dominico Philippus de Barberis Discordantiae sanctorum doctorum Hieronymi et Augustini adiunctis aliis opusculis, compilada hacia 1479, que conoció varias ediciones impresas en la época de producción del Breviario. El segundo tratado de ese volumen lleva por título Duodecim Sibillarum vaticinia que de Christo ediderunt, y en él De Barberis reunió los textos de las profecías sibilinas que se refieren a Cristo. Muchas de las ediciones impresas se acompañan de xilografías con los textos proféticos en filacterias, como en la estampada en Roma hacia 1482. Aunque los textos de este libro en forma abreviada parecen haber sido los utilizados por el erudito que instruyó a los artistas del Breviario de Isabel la Católica, no parece que se siguiera su iconografía. Una diferencia perceptible es que en las xilografías las sibilas están de pie, mientras que en el Breviario aparecen sentadas. En el último cuarto del siglo XV y a comienzos del XVI las sibilas se encuentran muy a menudo en el arte tanto del norte de Europa como de Italia, representadas en pinturas parietales, xilografías y manuscritos iluminados, y más raramente en esculturas de madera y de piedra, generalmente sosteniendo pergaminos cuyos textos varían de unas obras a otras. Sus profecías fueron incluso puestas en música por Orlando di Lasso para Alberto V de Baviera en los primeros años del siglo XVI. Dos de ellas habían aparecido de tanto en tanto en pinturas y esculturas desde finales del siglo XII: la Sibila Eritrea, que profetizó el Juicio Final, y la Tiburtina, que mostró al emperador Augusto una visión de la venida del Niño Jesús como salvador y soberano del mundo. La visión de Augusto se representó en varias obras flamencas del siglo XV, entre las cuales destaca una de las hojas laterales del retablo Bladelin de Roger van der Weyden, fechable hacia 1445-1448. En códices iluminados contemporáneos del Breviario de Isabel la Católica se encuentra en las Horas de María de Borgoña de Berlín, ilustrando el Oficio de la Virgen de Adviento; en las Horas Fitzwilliam acompaña la prima, y en el Breviario Grimani acompaña la fiesta de la Navidad. Estas dos sibilas eran casos especiales, y hasta el siglo XV no se mostraron las doce con sus pergaminos proféticos. En 1438 se pintó, en el palacio romano del cardenal Orsini, una serie de doce acompañadas por doce profetas; pero hay que esperar hasta la década de 1480, tras la publicación del libro de Philippus de Barberis, para que las representaciones de las doce sibilas se multipliquen. En algunas de esas imágenes sostienen atributos, pero en el Breviario de Isabel la Católica solo puede afirmarse en el caso de la Sibila Eritrea, que empuña una espada de juez por su profecía del Juicio Final. Las demás se limitan a sostener libros o rollos, y posiblemente un tintero, cosas todas relativas a la escritura de sus profecías. La razón de que aparezcan colocadas antes del Domingo de Adviento es el hecho de que vaticinaran la venida de Cristo, y el tiempo de Adviento se refiere a su venida como hombre nacido en Belén, y también a su segunda venida como juez. Existe un paralelo de la colocación de las sibilas en esta posición al inicio del Adviento, en el Diurnal de Renato II de Lorena, donde se las representa junto a los profetas. El asunto más habitual para el comienzo del Adviento en los breviarios flamencos es el pueblo de Israel o los profetas en grupo mirando al cielo en espera del Mesías, como en el Breviario Carondelet y el Breviario Grimani, y en el Libro de horas de Juana I de Castilla para el Oficio de la Virgen en el tiempo de Adviento. Ese tema se encuentra también en breviarios franceses de la primera parte del siglo, y en el Breviario de Beatrix van Assendelft (Utrecht, Museum Het Catharijneconvent, ms. OKM 3), de Delft, hacia 1485.


f. 8v, Las doce sibilas

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f. 8v, Las doce sibilas

Miniatura a toda página, de treinta y cuatro renglones de alto, que muestra a doce sibilas sentadas, con filacterias en las que se anuncia la venida del Verbo encarnado y su misión salvífica; en la fila de atrás, las sibilas Líbica, Délfica (¿con un tintero en la mano?), Cimeria, Eritrea (con una espada), Samia y Agripa, y en el primer término las sibilas Pérsica, Cumana (leyendo un libro), Helespóntica, Frigia, Tiburtina (con rollos) y Europea (con un rollo). Las inscripciones que se leen sobre las filacterias y las figuras son: Sibilla Libica, Erit Statera Cunctorum; Sibilla Delphica, Absque Matris Coitu Ex Virgine Eius; Sibilla Cimara, Et Lac De Celo Missum; Sibilla Erithrea, Iacebit In Feno Agnus; Sibilla Samia, Laudate Eum In Atriis Celorum; Sibilla Agrippa, Invisibile Verbum Palpabitur; Sibilla Persica, Erit Salus Gentium; Sibilla Cumana, Surgit Mons Aurea Mundo; Sibilla Helespontina, Prospexit Deus Humiles Suos; Sibilla Phrigia, Ex Olimpo Excelsus Veniet; Sibilla Tiburtina, Nascetur Christus In Bethlehem; Sibilla Europa, Regnabit In Paupertate (Sibila Líbica, Él será la balanza [del juicio] de todos; Sibila Délfica, Sin unión sexual de su madre [nacerá] de una virgen; Sibila Cimeria, Y leche enviada del Cielo; Sibila Eritrea, Yacerá el Cordero en las pajas; Sibila Samia, Alabadle en los atrios del Cielo; Sibila Agripa, El Verbo invisible será tocado; Sibila Pérsica, Será la salvación de los gentiles; Sibila Cumana, La raza dorada se alzará en el mundo; Sibila Helespóntica, Dios ha mirado a su pueblo humilde; Sibila Frigia, Del Olimpo vendrá el Altísimo; Sibila Tiburtina, Nacerá el Cristo en Belén; Sibila Europea, Reinará siendo pobre). Hay una orla completa de la primera categoría, con flores, hojas de acanto doradas, una mariposa y dos aves sobre fondo gris.
La fuente de donde están tomados los textos de las profecías sibilinas es la obra del dominico Philippus de Barberis Discordantiae sanctorum doctorum Hieronymi et Augustini adiunctis aliis opusculis, compilada hacia 1479, que conoció varias ediciones impresas en la época de producción del Breviario. El segundo tratado de ese volumen lleva por título Duodecim Sibillarum vaticinia que de Christo ediderunt, y en él De Barberis reunió los textos de las profecías sibilinas que se refieren a Cristo. Muchas de las ediciones impresas se acompañan de xilografías con los textos proféticos en filacterias, como en la estampada en Roma hacia 1482. Aunque los textos de este libro en forma abreviada parecen haber sido los utilizados por el erudito que instruyó a los artistas del Breviario de Isabel la Católica, no parece que se siguiera su iconografía. Una diferencia perceptible es que en las xilografías las sibilas están de pie, mientras que en el Breviario aparecen sentadas. En el último cuarto del siglo XV y a comienzos del XVI las sibilas se encuentran muy a menudo en el arte tanto del norte de Europa como de Italia, representadas en pinturas parietales, xilografías y manuscritos iluminados, y más raramente en esculturas de madera y de piedra, generalmente sosteniendo pergaminos cuyos textos varían de unas obras a otras. Sus profecías fueron incluso puestas en música por Orlando di Lasso para Alberto V de Baviera en los primeros años del siglo XVI. Dos de ellas habían aparecido de tanto en tanto en pinturas y esculturas desde finales del siglo XII: la Sibila Eritrea, que profetizó el Juicio Final, y la Tiburtina, que mostró al emperador Augusto una visión de la venida del Niño Jesús como salvador y soberano del mundo. La visión de Augusto se representó en varias obras flamencas del siglo XV, entre las cuales destaca una de las hojas laterales del retablo Bladelin de Roger van der Weyden, fechable hacia 1445-1448. En códices iluminados contemporáneos del Breviario de Isabel la Católica se encuentra en las Horas de María de Borgoña de Berlín, ilustrando el Oficio de la Virgen de Adviento; en las Horas Fitzwilliam acompaña la prima, y en el Breviario Grimani acompaña la fiesta de la Navidad. Estas dos sibilas eran casos especiales, y hasta el siglo XV no se mostraron las doce con sus pergaminos proféticos. En 1438 se pintó, en el palacio romano del cardenal Orsini, una serie de doce acompañadas por doce profetas; pero hay que esperar hasta la década de 1480, tras la publicación del libro de Philippus de Barberis, para que las representaciones de las doce sibilas se multipliquen. En algunas de esas imágenes sostienen atributos, pero en el Breviario de Isabel la Católica solo puede afirmarse en el caso de la Sibila Eritrea, que empuña una espada de juez por su profecía del Juicio Final. Las demás se limitan a sostener libros o rollos, y posiblemente un tintero, cosas todas relativas a la escritura de sus profecías. La razón de que aparezcan colocadas antes del Domingo de Adviento es el hecho de que vaticinaran la venida de Cristo, y el tiempo de Adviento se refiere a su venida como hombre nacido en Belén, y también a su segunda venida como juez. Existe un paralelo de la colocación de las sibilas en esta posición al inicio del Adviento, en el Diurnal de Renato II de Lorena, donde se las representa junto a los profetas. El asunto más habitual para el comienzo del Adviento en los breviarios flamencos es el pueblo de Israel o los profetas en grupo mirando al cielo en espera del Mesías, como en el Breviario Carondelet y el Breviario Grimani, y en el Libro de horas de Juana I de Castilla para el Oficio de la Virgen en el tiempo de Adviento. Ese tema se encuentra también en breviarios franceses de la primera parte del siglo, y en el Breviario de Beatrix van Assendelft (Utrecht, Museum Het Catharijneconvent, ms. OKM 3), de Delft, hacia 1485.


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