Salterio Glosado

f. 33v, salmo 19, El Señor te escuche en el día de tus tormentos


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Este salmo expresa la fe en la salvación divina. Dios, en una mandorla semicircular acompañado por dos ángeles, entrega con su mano derecha un arco a un hombre con lanza y escudo (v. 2, Exaudiat te Dominus in die tribulationis // El Señor te escuche en el día de tus tormentos; v. 7, Nunc cognovi quoniam salvum fecit Dominus christum suum. Exaudiat illum de celo sancto suo: in potentatibus salus dextere eius // Ahora ya sé que el Señor ha salvado a su ungido. Escuchará desde el divino firmamento: la salvación de su derecha ya está en potencia). Abajo, a la izquierda, un grupo de hombres con lanzas y escudos permanece junto a un árbol. Debajo, Dios y un rey que, acompañado por un becerro y dos ovejas para el sacrificio, sostiene una jarra y un cuenco hacia un sacerdote que se halla en el altar delante de una gran iglesia (v. 4, Memor sit omnis sacrificii tui, et holocaustum tuum pingue fiat // Acuérdese de todos tus sacrificios, séanle gratas tus ofrendas). A la derecha, dos carruajes destrozados, soldados armados y caballos se precipitan hacia el suelo (v. 8, Hii(Si) in curribus, hii in equis // Unos en los carruajes, unos en los caballos). Aquí podemos apreciar claramente un contraste pictórico intencionado entre hombres, caballos y carruajes cayendo y el grupo de hombres de pie representado a la izquierda que se halla proclamando la salvación del rey que ofrece sacrificio (v. 9, Ipsi obligati sunt et ceciderunt, nos vero surreximus et erecti sumus. Domine salvum fac regem, et exaudi nos in die qua invocaverimus te // Ellos ceden y caen, más nosotros nos levantamos y permanecemos de pie). De forma pareja, el trazado del paisaje separa la iglesia en la que se ofrece el sacrificio de los que caen.
 


f. 33v, salmo 19, El Señor te escuche en el día de tus tormentos

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f. 33v, salmo 19, El Señor te escuche en el día de tus tormentos

Este salmo expresa la fe en la salvación divina. Dios, en una mandorla semicircular acompañado por dos ángeles, entrega con su mano derecha un arco a un hombre con lanza y escudo (v. 2, Exaudiat te Dominus in die tribulationis // El Señor te escuche en el día de tus tormentos; v. 7, Nunc cognovi quoniam salvum fecit Dominus christum suum. Exaudiat illum de celo sancto suo: in potentatibus salus dextere eius // Ahora ya sé que el Señor ha salvado a su ungido. Escuchará desde el divino firmamento: la salvación de su derecha ya está en potencia). Abajo, a la izquierda, un grupo de hombres con lanzas y escudos permanece junto a un árbol. Debajo, Dios y un rey que, acompañado por un becerro y dos ovejas para el sacrificio, sostiene una jarra y un cuenco hacia un sacerdote que se halla en el altar delante de una gran iglesia (v. 4, Memor sit omnis sacrificii tui, et holocaustum tuum pingue fiat // Acuérdese de todos tus sacrificios, séanle gratas tus ofrendas). A la derecha, dos carruajes destrozados, soldados armados y caballos se precipitan hacia el suelo (v. 8, Hii(Si) in curribus, hii in equis // Unos en los carruajes, unos en los caballos). Aquí podemos apreciar claramente un contraste pictórico intencionado entre hombres, caballos y carruajes cayendo y el grupo de hombres de pie representado a la izquierda que se halla proclamando la salvación del rey que ofrece sacrificio (v. 9, Ipsi obligati sunt et ceciderunt, nos vero surreximus et erecti sumus. Domine salvum fac regem, et exaudi nos in die qua invocaverimus te // Ellos ceden y caen, más nosotros nos levantamos y permanecemos de pie). De forma pareja, el trazado del paisaje separa la iglesia en la que se ofrece el sacrificio de los que caen.
 


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