Las Muy Ricas Horas del duque Jean de Berry

f. 6v, Junio


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El carro del Sol atraviesa el cielo de Géminis a Cáncer. Para el mes de junio, los Limbourg decidieron representar las labores de la siega del heno. En la parte delantera, las dos protagonistas de la escena son dos mujeres que se afanan en rastrillar el heno ya cortado y acumularlo en montones. Aunque sus indumentarias resultan muy sencillas, la figura de estas dos mujeres y la gracilidad y elegancia de sus gestos quedan totalmente de manifiesto en la miniatura. Detrás de ellas, tres hombres con ropajes ligeros siegan prácticamente al unísono, formando un curioso contraste en la tonalidad del campo a medida que avanzan.

Tomada desde otra de las residencias del duque de Berry, esta vez el parisino Hôtel de Nesle, la vista se asoma al curso del Sena y a la cara interior del Palais de la Cité. Éste es perfectamente reconocible por sus tejados de pizarra, la torre de ángulo, la del Reloj, la de Montgomery y la Santa Capilla, con su característico rosetón. La muralla que enmarca esta serie de edificaciones se prolonga hasta asomarse al río con un curioso embarcadero situado bajo la almena. La grandiosidad de las construcciones se ve realzada gracias a la representación de las labores campestres que se desarrollan ante ellas, resultando en el contraste de dos ambientes –el campesino y el aristocrático– tan íntimamente relacionados en la época.


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El carro del Sol atraviesa el cielo de Géminis a Cáncer. Para el mes de junio, los Limbourg decidieron representar las labores de la siega del heno. En la parte delantera, las dos protagonistas de la escena son dos mujeres que se afanan en rastrillar el heno ya cortado y acumularlo en montones. Aunque sus indumentarias resultan muy sencillas, la figura de estas dos mujeres y la gracilidad y elegancia de sus gestos quedan totalmente de manifiesto en la miniatura. Detrás de ellas, tres hombres con ropajes ligeros siegan prácticamente al unísono, formando un curioso contraste en la tonalidad del campo a medida que avanzan.

Tomada desde otra de las residencias del duque de Berry, esta vez el parisino Hôtel de Nesle, la vista se asoma al curso del Sena y a la cara interior del Palais de la Cité. Éste es perfectamente reconocible por sus tejados de pizarra, la torre de ángulo, la del Reloj, la de Montgomery y la Santa Capilla, con su característico rosetón. La muralla que enmarca esta serie de edificaciones se prolonga hasta asomarse al río con un curioso embarcadero situado bajo la almena. La grandiosidad de las construcciones se ve realzada gracias a la representación de las labores campestres que se desarrollan ante ellas, resultando en el contraste de dos ambientes –el campesino y el aristocrático– tan íntimamente relacionados en la época.


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