Libro de la caza, Gaston Fébus

De los alanos y su naturaleza - f. 45v


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Los «alanos», o dogos, no eran los perros preferidos de Fébus. Los divide en tres tipologías: los alanos «gentiles», los alanos «vautres o de caza mayor» y los alanos «de carnicería». Los gentiles, también llamados nobles, son robustos y su estampa es parecida a la de los galgos, pero con la cabeza más gruesa y corta. Son preferentemente blancos. La mancha negra que tienen cerca de la oreja no parece haber merecido la atención del miniaturista. Los alanos de carnicería son, a diferencia de los perros ordinarios, de gran tamaño y se pueden emplear para la caza del oso y del jabalí, aunque siempre junto con otros perros. Se les llama de carnicería porque son los compañeros habituales de los que se dedican a esta profesión. En cuanto a los de caza mayor, con un aspecto parecido al de los galgos, pero de mayor tamaño y con grandes orejas caídas, son especialmente útiles para la caza de grandes animales. Estos canes son desobedientes, incluso peligrosos, difíciles de enseñar. Así que los pocos perros de esta especie que se consigan adiestrar, acabarán convirtiéndose en los más deseados. Gracias a su potente mandíbula, no soltarán la presa una vez abatida. Precisamente son dogos, uno de ellos con las orejas caídas, los que han dado muerte al jabalí de la ilustración del mes de diciembre en Las muy ricas Horas del duque de Berry. Sin embargo, el cuadro de los nueve dogos, con una madre amamantando a sus tres cachorros, plasma de manera muy imperfecta las detalladas descripciones del conde de Foix. Si bien todos tienen una cabeza corta y puntiaguda, ninguno de ellos presenta las orejas largas y caídas del alano de cacería mayor. Todos lucen un robusto collar y cinco de ellos también llevan bozal. En cambio, resulta imposible distinguir cuáles de entre ellos son gentiles, de caza mayor y de carnicería, estos últimos los menos agraciados. A diferencia del pintor del manuscrito de Nueva York, que sí supo representar la fealdad de estos perros que tanto menospreció Fébus antes de reconocer que eran necesarios en toda buena rehala, nuestro artista les concede un toque de gracia. Puesto que el alano de caza mayor es sobre todo un perro de jabalí, es lógico preguntarnos si el término francés moderno «vautrait» que designa la cuadrilla utilizada para la caza del jabalí no deriva del nombre de este animal.

Yves Christe,
Université de Genève

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Los «alanos», o dogos, no eran los perros preferidos de Fébus. Los divide en tres tipologías: los alanos «gentiles», los alanos «vautres o de caza mayor» y los alanos «de carnicería». Los gentiles, también llamados nobles, son robustos y su estampa es parecida a la de los galgos, pero con la cabeza más gruesa y corta. Son preferentemente blancos. La mancha negra que tienen cerca de la oreja no parece haber merecido la atención del miniaturista. Los alanos de carnicería son, a diferencia de los perros ordinarios, de gran tamaño y se pueden emplear para la caza del oso y del jabalí, aunque siempre junto con otros perros. Se les llama de carnicería porque son los compañeros habituales de los que se dedican a esta profesión. En cuanto a los de caza mayor, con un aspecto parecido al de los galgos, pero de mayor tamaño y con grandes orejas caídas, son especialmente útiles para la caza de grandes animales. Estos canes son desobedientes, incluso peligrosos, difíciles de enseñar. Así que los pocos perros de esta especie que se consigan adiestrar, acabarán convirtiéndose en los más deseados. Gracias a su potente mandíbula, no soltarán la presa una vez abatida. Precisamente son dogos, uno de ellos con las orejas caídas, los que han dado muerte al jabalí de la ilustración del mes de diciembre en Las muy ricas Horas del duque de Berry. Sin embargo, el cuadro de los nueve dogos, con una madre amamantando a sus tres cachorros, plasma de manera muy imperfecta las detalladas descripciones del conde de Foix. Si bien todos tienen una cabeza corta y puntiaguda, ninguno de ellos presenta las orejas largas y caídas del alano de cacería mayor. Todos lucen un robusto collar y cinco de ellos también llevan bozal. En cambio, resulta imposible distinguir cuáles de entre ellos son gentiles, de caza mayor y de carnicería, estos últimos los menos agraciados. A diferencia del pintor del manuscrito de Nueva York, que sí supo representar la fealdad de estos perros que tanto menospreció Fébus antes de reconocer que eran necesarios en toda buena rehala, nuestro artista les concede un toque de gracia. Puesto que el alano de caza mayor es sobre todo un perro de jabalí, es lógico preguntarnos si el término francés moderno «vautrait» que designa la cuadrilla utilizada para la caza del jabalí no deriva del nombre de este animal.

Yves Christe,
Université de Genève

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