Splendor Solis

f. 20v, Despedazamiento


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Un hombre oscuro, de cabello y barba descuidados y expresión sombría, sostiene en su mano izquierda una cabeza dorada con expresión temerosa que guarda un notable parecido iconográfico con la cabeza de Medusa. Con la derecha sostiene una enorme espada que apunta al corpus delicti, que yace sobre la hierba: un cuerpo masculino, desnudo y de piel clara, de cuyo tronco se han separado la cabeza, los brazos y las piernas. Los miembros, agarrotados en la postura del momento de la muerte, yacen desunidos junto al torso sobre la hierba, que demarca claramente el espacio en el que ha tenido lugar la cruel escena de despedazamiento. Los hechos se representan ante un fondo arquitectónico que recuerda a Venecia. Un decorado arquitectónico en el margen izquierdo de la imagen peralta la escena y le confiere su carácter antiguo.

El motivo de la decapitación y el despedazamiento ritual presenta numerosas correspondencias mitológicas y religiosas, como, por ejemplo, el mito de Isis y Osiris del Antiguo Egipto o la alegoría de Merlín. En la alquimia, el tema desempeña un papel central dentro del marco de la idea del «morir para ser», para el que existe también un paralelismo temático en el Aurora consurgens; desde el punto de vista químico, se equipara al proceso de la calcinación, la oxidación por calentamiento. Sorprendentemente el miniaturista renuncia en el Splendor Solis a representar la hoja de papel, detalladamente mencionada en el texto, en la mano izquierda del matarife. No hay duda de que su decisión obedece, en primer lugar, a razones artísticas, al igual que el hecho de optar por la iconografía «clásica» de la decapitación con la espada en una mano y la cabeza en la otra, presente por ejemplo en las representaciones de Judit con la cabeza de Holofernes. Sin embargo, también se muestra fuertemente influenciado por una xilografía alemana del Eneas de Virgilio, cuyo protagonista no sostiene la cabeza en la mano. Por tanto, en última instancia, la cuestión de la hoja de papel permanece sin resolver.

Jörg Völlnagel
(Historiador del Arte e investigador asociado de los Staatliche Museen zu Berlin)


f. 20v, Despedazamiento

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f. 20v, Despedazamiento

Un hombre oscuro, de cabello y barba descuidados y expresión sombría, sostiene en su mano izquierda una cabeza dorada con expresión temerosa que guarda un notable parecido iconográfico con la cabeza de Medusa. Con la derecha sostiene una enorme espada que apunta al corpus delicti, que yace sobre la hierba: un cuerpo masculino, desnudo y de piel clara, de cuyo tronco se han separado la cabeza, los brazos y las piernas. Los miembros, agarrotados en la postura del momento de la muerte, yacen desunidos junto al torso sobre la hierba, que demarca claramente el espacio en el que ha tenido lugar la cruel escena de despedazamiento. Los hechos se representan ante un fondo arquitectónico que recuerda a Venecia. Un decorado arquitectónico en el margen izquierdo de la imagen peralta la escena y le confiere su carácter antiguo.

El motivo de la decapitación y el despedazamiento ritual presenta numerosas correspondencias mitológicas y religiosas, como, por ejemplo, el mito de Isis y Osiris del Antiguo Egipto o la alegoría de Merlín. En la alquimia, el tema desempeña un papel central dentro del marco de la idea del «morir para ser», para el que existe también un paralelismo temático en el Aurora consurgens; desde el punto de vista químico, se equipara al proceso de la calcinación, la oxidación por calentamiento. Sorprendentemente el miniaturista renuncia en el Splendor Solis a representar la hoja de papel, detalladamente mencionada en el texto, en la mano izquierda del matarife. No hay duda de que su decisión obedece, en primer lugar, a razones artísticas, al igual que el hecho de optar por la iconografía «clásica» de la decapitación con la espada en una mano y la cabeza en la otra, presente por ejemplo en las representaciones de Judit con la cabeza de Holofernes. Sin embargo, también se muestra fuertemente influenciado por una xilografía alemana del Eneas de Virgilio, cuyo protagonista no sostiene la cabeza en la mano. Por tanto, en última instancia, la cuestión de la hoja de papel permanece sin resolver.

Jörg Völlnagel
(Historiador del Arte e investigador asociado de los Staatliche Museen zu Berlin)


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