La nueva Jerusalén
La nueva Jerusalén, en la que predominan los metales preciosos, se representa como un edificio contemplado en perspectiva abatida. Presenta forma cuadrada con cuatro murallas; cada una, con seis formas torreadas, cuyas cubiertas cónicas están rematadas por bolas de oro; tres arcos de medio punto rebajado bajo los que están los torsos de otros tantos apóstoles en actitud de diálogo, inidentificables por la ausencia de atributos. Los arcos y las columnas sobre las que se apoyan aquéllos son de oro y de plata, así como los sillares y sus marcos de los muros ubicados en las cuatro esquinas, recogiendo en parte lo descrito en la storia. Las murallas rodean un patio enmarcado por doble fila de sillares verdes y un recuadro de piedras preciosas como las descritas flanqueadas por dos líneas de plata. El patio, de fondo azul, presenta, a la izquierda, a uno de los ángeles de las plagas, con una caña dorada en sus manos. Junto al él, un cordero blanco con nimbo crucífero, cuya pata izquierda sostiene un largo vástago de plata acabado en una cruz patada de oro. Frente a ellos, San Juan, nimbado, con la palma de la diestra en alto. De haber habido inscripciones identificativas en las representaciones de los seguidores del Mesías en el manuscrito parisino, su orden hubiera sido: en el lado superior, Petrus, Andreas, Iudas; en el lateral derecho, Simon Zelotes, Bartolomeus y Iacobus; en el inferior, Iohanes, Filipus y Thomas; por último, en el izquierdo, Iacobus, Matheus y Mathias.
Carlos Miranda
Doctor en Historia
Fragmento del libro Beato de San Andrés de Arroyo