Breviario de Isabel la Católica

f. 477v, Festividad de todos los santos


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Gérard Horenbout realizó esta pintura, que ocupa un tercio del folio; en ella, aparece la Santísima Trinidad, representada bajo el tipo iconográfico de «Padre e Hijo entronizados con la Paloma volando», siguiendo un esquema horizontal, esto es, de dos personas de rasgos idénticos –jóvenes barbados–, sentadas en un trono cubierto de brocado verde de honor, que bendicen y sujetan una gran esfera transparente rematada en una cruz; sobre ellas, el Espíritu Santo, radiante, con aspecto de Paloma. El origen de esta iconografía debe rastrearse en representaciones, aparecidas en relieves o en monedas, del arte imperial romano o bizantino, donde se hallan dos o tres emperadores sentados, uno junto al otro. Debajo, y formando parte de este doble trono, Santa María, delante de una tela de honor púrpura, flanqueada por dos santas vírgenes. A continuación, la multitud de los elegidos, entre los que se distingue a san Pedro –como hombre de edad tonsurado–, junto con otros tres personajes con vestiduras anodinas –posiblemente, los apóstoles–, un diácono –quizá san Lorenzo–, un papa, un cardenal, varios obispos, un sacerdote, diversos hombres y algunas doncellas, todos imbuidos en la luz divina que emana de las tres Personas y rodeados de un cúmulo circular de nubes blanquecinas junto con otras azules que lo atraviesan. La orla que rodea pintura y texto es una de las usuales de la escuela de Gante y Brujas del tipo de flores esparcidas sobre fondo dorado, con el añadido de una drôlerie que representa un monstruo antropozoomórfico de aspecto de reptil, cuyo busto y cabeza son femeninos, que toma un espejo en donde se observa.
La iconografía de todos los santos de la Iglesia no es muy abundante. Las primeras representaciones de este tema se tomaron de las imágenes de los veinticuatro ancianos reunidos alrededor de Cristo de la visión de san Juan. Posteriormente, se asimilaron a ilustraciones de manuscritos de La Ciudad de Dios, en donde el Señor –imagen única que representa a la Santísima Trinidad– se encuentra rodeado de ángeles y de santos, según puede verse en una pintura de la obra agustiniana de hacia 1375 (París, Bibliothèque nationale, ms. fr. 22913, f. 408v.). Este tema iconográfico puede clasificarse en dos series, según los santos rodeen al Cordero Místico o, como en el caso tanto del Breviario de Isabel la Católica o del Libro de horas de Juana I de Castilla (Londres, British Library, Add. Ms. 35313, f. 229v.), a la Santísima Trinidad.

f. 477v, Festividad de todos los santos

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f. 477v, Festividad de todos los santos

Gérard Horenbout realizó esta pintura, que ocupa un tercio del folio; en ella, aparece la Santísima Trinidad, representada bajo el tipo iconográfico de «Padre e Hijo entronizados con la Paloma volando», siguiendo un esquema horizontal, esto es, de dos personas de rasgos idénticos –jóvenes barbados–, sentadas en un trono cubierto de brocado verde de honor, que bendicen y sujetan una gran esfera transparente rematada en una cruz; sobre ellas, el Espíritu Santo, radiante, con aspecto de Paloma. El origen de esta iconografía debe rastrearse en representaciones, aparecidas en relieves o en monedas, del arte imperial romano o bizantino, donde se hallan dos o tres emperadores sentados, uno junto al otro. Debajo, y formando parte de este doble trono, Santa María, delante de una tela de honor púrpura, flanqueada por dos santas vírgenes. A continuación, la multitud de los elegidos, entre los que se distingue a san Pedro –como hombre de edad tonsurado–, junto con otros tres personajes con vestiduras anodinas –posiblemente, los apóstoles–, un diácono –quizá san Lorenzo–, un papa, un cardenal, varios obispos, un sacerdote, diversos hombres y algunas doncellas, todos imbuidos en la luz divina que emana de las tres Personas y rodeados de un cúmulo circular de nubes blanquecinas junto con otras azules que lo atraviesan. La orla que rodea pintura y texto es una de las usuales de la escuela de Gante y Brujas del tipo de flores esparcidas sobre fondo dorado, con el añadido de una drôlerie que representa un monstruo antropozoomórfico de aspecto de reptil, cuyo busto y cabeza son femeninos, que toma un espejo en donde se observa.
La iconografía de todos los santos de la Iglesia no es muy abundante. Las primeras representaciones de este tema se tomaron de las imágenes de los veinticuatro ancianos reunidos alrededor de Cristo de la visión de san Juan. Posteriormente, se asimilaron a ilustraciones de manuscritos de La Ciudad de Dios, en donde el Señor –imagen única que representa a la Santísima Trinidad– se encuentra rodeado de ángeles y de santos, según puede verse en una pintura de la obra agustiniana de hacia 1375 (París, Bibliothèque nationale, ms. fr. 22913, f. 408v.). Este tema iconográfico puede clasificarse en dos series, según los santos rodeen al Cordero Místico o, como en el caso tanto del Breviario de Isabel la Católica o del Libro de horas de Juana I de Castilla (Londres, British Library, Add. Ms. 35313, f. 229v.), a la Santísima Trinidad.

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