Cultivada desde antiguo y asilvestrada en toda Europa, probablemente oriunda del sur, se encuentra con frecuencia en campos incultos. Sus flores blancas pueden tener los pétalos maculados, o sea, con una mancha negra en la base, como ocurre en las de la amapola. El fruto, o cápsula, cuando es inmaduro produce un líquido blancuzco que se obtiene haciendo cortes oblicuos no muy profundos, y por estos se segrega el látex que se denomina opio y se puede conservar en pastillas al solidificarse. El opio es una mezcla de más de 25 diferentes alcaloides, entre ellos la morfina, que debe su nombre al dios de los sueños Morfeo, hijo del sueño y de la noche, y que tiene efectos calmantes del dolor y adormecedores. Otro alcaloide presente en esta planta y muy usado es la codeína, que actúa directamente sobre el punto del sistema nervioso donde se regula la acción de toser, por lo que calma la tos con suma eficacia. Todos estos alcaloides producen adicción. El cocimiento de las hojas de esta planta tiene igualmente efectos calmantes y sedantes. También es planta ornamental que ha sido cultivada en jardines y huertos, de ahí que Dioscórides, que trata extensamente de esta planta, la llame «adormidera cultivada», adjetivo que muestra su importancia y difusión en el mundo antiguo.
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)
