Libro de la Felicidad

f. 90v, La Serpiente Reidora


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La última de las miniaturas a página entera encabezadas con un título parece estar descolocada, porque no forma parte de la sección sobre talismanes. Es posible que la secuencia del Kitab al-bulhan ya estuviera alterada cuando se empleó como modelo en la Estambul otomana, por lo que no resulta extraño que también la secuencia de esta copia y la de la Pierpont Morgan Library sean incongruentes.
Esta última pintura es una de las miniaturas que faltan en el Kitab al-bulhan, y su iconografía es particularmente interesante. La escena muestra una gran serpiente de cabeza humana en un paisaje agreste y accidentado, con algún que otro árbol y una ciudad fortificada en la lejanía. Un grupo de hombres asoma entre las peñas distantes; el que va en primer lugar sostiene un gran disco de plata que le oculta la cara. La serpiente antropoide mira en dirección a los hombres que se aproximan.
El título nos dice que la historia es la de la Serpiente Reidora (mar-? kahkaha) y el espejo (ayine), lo que nos lleva a un conjunto bastante complejo de mitos extendidos desde la antigua Grecia hasta Irán. De la miniatura podemos deducir que el espejo lo utilizan los hombres para protegerse de la mortífera mirada de la serpiente, que de ese modo será quien se vea reflejada y morirá. Aunque no conocemos la fuente literaria exacta, es evidente el parentesco con gran número de leyendas: desde la Gorgona, que mataba con la mirada, hasta el motivo iranio del Caballo Fénix que mataba a la gente de risa; del Basilisco, un reptil de mirada aterradora en la mitología romana, cuyo nombre en persa es exactamente “serpiente reidora”, a la figura épica irania de Dahhak, “el hombre que ríe”, que crió a dos serpientes hambrientas sobre los hombros. Además, el espejo es otro objeto simbólico que aparece en todas las leyendas, muchas de ellas relacionadas con Alejandro Magno, mientras que otras representan derivaciones locales, como la historia de Sannaja, un especie de Abominable Hombre de las Nieves que, según el geógrafo al-Qazvini, vivía en el Tibet.
Así pues, aunque probablemente esté mal colocada respecto a la secuencia original, esta miniatura pone un digno colofón a una serie extraordinariamente rica y compleja de historias ilustradas sin texto, que no tienen paralelos conocidos en la pintura islámica.

Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
 (Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)


f. 90v, La Serpiente Reidora

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f. 90v, La Serpiente Reidora

La última de las miniaturas a página entera encabezadas con un título parece estar descolocada, porque no forma parte de la sección sobre talismanes. Es posible que la secuencia del Kitab al-bulhan ya estuviera alterada cuando se empleó como modelo en la Estambul otomana, por lo que no resulta extraño que también la secuencia de esta copia y la de la Pierpont Morgan Library sean incongruentes.
Esta última pintura es una de las miniaturas que faltan en el Kitab al-bulhan, y su iconografía es particularmente interesante. La escena muestra una gran serpiente de cabeza humana en un paisaje agreste y accidentado, con algún que otro árbol y una ciudad fortificada en la lejanía. Un grupo de hombres asoma entre las peñas distantes; el que va en primer lugar sostiene un gran disco de plata que le oculta la cara. La serpiente antropoide mira en dirección a los hombres que se aproximan.
El título nos dice que la historia es la de la Serpiente Reidora (mar-? kahkaha) y el espejo (ayine), lo que nos lleva a un conjunto bastante complejo de mitos extendidos desde la antigua Grecia hasta Irán. De la miniatura podemos deducir que el espejo lo utilizan los hombres para protegerse de la mortífera mirada de la serpiente, que de ese modo será quien se vea reflejada y morirá. Aunque no conocemos la fuente literaria exacta, es evidente el parentesco con gran número de leyendas: desde la Gorgona, que mataba con la mirada, hasta el motivo iranio del Caballo Fénix que mataba a la gente de risa; del Basilisco, un reptil de mirada aterradora en la mitología romana, cuyo nombre en persa es exactamente “serpiente reidora”, a la figura épica irania de Dahhak, “el hombre que ríe”, que crió a dos serpientes hambrientas sobre los hombros. Además, el espejo es otro objeto simbólico que aparece en todas las leyendas, muchas de ellas relacionadas con Alejandro Magno, mientras que otras representan derivaciones locales, como la historia de Sannaja, un especie de Abominable Hombre de las Nieves que, según el geógrafo al-Qazvini, vivía en el Tibet.
Así pues, aunque probablemente esté mal colocada respecto a la secuencia original, esta miniatura pone un digno colofón a una serie extraordinariamente rica y compleja de historias ilustradas sin texto, que no tienen paralelos conocidos en la pintura islámica.

Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
 (Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)


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