Libro de la Felicidad

f. 77r, La mezquita de los Omeyas de Damasco 


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Otro edificio maravilloso, conocido por musulmanes de todo el mundo, era la mezquita de los Omeyas de Damasco, pintada frente al faro de Alejandría. La mezquita fue uno de los primeros grandes esfuerzos arquitectónicos de la primera dinastía de la era islámica, la de los Omeyas (c. 650-751), que trasladó la capital a la antigua ciudad de Damasco y construyó su mezquita de los viernes sobre un templo cristiano existente. La mezquita es famosa sobre todo por los impresionantes mosaicos de su patio, probablemente obra de artistas bizantinos contratados por la joven dinastía debido a su superior habilidad, como poco antes se había hecho para la cúpula de la Roca de Jerusalén. Un anónimo árabe del siglo xv la describe como “uno de los cuatro edificios más famosos del mundo. Sus muros están pintados y sus columnas están cubiertas de gemas, oro y piedras preciosas de maravillosos colores”.
Sin embargo, aunque el pintor otomano conociera la fama de la mezquita de los Omeyas, es evidente que no sabía nada de su aspecto. Pintó la imagen familiar de una mezquita otomana del siglo xvi, aunque muy estilizada y en perspectiva totalmente frontal, con una cúpula central, cúpulas más pequeñas en los niveles inferiores, minaretes afilados y un pórtico de entrada. Un detalle curioso es la presencia de un almuédano en cada uno de los dos minaretes, dispuesto para la llamada a la oración.

Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
 (Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)


f. 77r, La mezquita de los Omeyas de Damasco 

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f. 77r, La mezquita de los Omeyas de Damasco 

Otro edificio maravilloso, conocido por musulmanes de todo el mundo, era la mezquita de los Omeyas de Damasco, pintada frente al faro de Alejandría. La mezquita fue uno de los primeros grandes esfuerzos arquitectónicos de la primera dinastía de la era islámica, la de los Omeyas (c. 650-751), que trasladó la capital a la antigua ciudad de Damasco y construyó su mezquita de los viernes sobre un templo cristiano existente. La mezquita es famosa sobre todo por los impresionantes mosaicos de su patio, probablemente obra de artistas bizantinos contratados por la joven dinastía debido a su superior habilidad, como poco antes se había hecho para la cúpula de la Roca de Jerusalén. Un anónimo árabe del siglo xv la describe como “uno de los cuatro edificios más famosos del mundo. Sus muros están pintados y sus columnas están cubiertas de gemas, oro y piedras preciosas de maravillosos colores”.
Sin embargo, aunque el pintor otomano conociera la fama de la mezquita de los Omeyas, es evidente que no sabía nada de su aspecto. Pintó la imagen familiar de una mezquita otomana del siglo xvi, aunque muy estilizada y en perspectiva totalmente frontal, con una cúpula central, cúpulas más pequeñas en los niveles inferiores, minaretes afilados y un pórtico de entrada. Un detalle curioso es la presencia de un almuédano en cada uno de los dos minaretes, dispuesto para la llamada a la oración.

Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
 (Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)


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