f.10 El cruel califa y los cristianos // 10v, el tuerto, los cristianos y el milagro de la montaña

Libro de las maravillas del mundo,
Marco Polo - Odorico de Pordenone

Libro de las maravillas del mundo,<br> Marco Polo - Odorico de Pordenone f.10 El cruel califa y los cristianos // 10v, el tuerto, los cristianos y el milagro de la montaña
Volver

f.10 El cruel califa y los cristianos // 10v, el tuerto, los cristianos y el milagro de la montaña

Según cuenta Marco Polo, fue entre Baudac y Mosul donde ocurrió algo maravilloso. El malvado y cruel califa se encontraba siempre planteando atrocidades contra los cristianos. Queriendo conseguir que se hicieran sarracenos y a los que no se convertían les despojaba de sus bienes y los hacía matar. Un día, el califa, encontró en el Evangelio de San Mateo, en la sagrada escritura, el siguiente pasaje:

 Si un cristiano tuviese una fe tan grande solamente como un grano de mostaza, por la fuerza de sus plegarias ante el señor podría unir las montañas. 

El califa se alegró, ya que pensó que este podría ser el motivo que le permitiese condenar a muerte a todos los cristianos, así que los hizo llamar y reunirse ante él. 

Al llegar, les preguntó si todos se consideraban cristianos, a lo que ellos respondieron que así eran llamados y que así lo eran, acto seguido, el califa hizo leer en voz alta el pasaje recogido en el Evangelio. Y les preguntó que si eso era cierto.

Los cristianos no dudaron al decir que aquello era verdad y que todavía eran posibles cosas mucho más grandes.

El califa preguntó: - ¿Me aseguráis entonces que un cristiano que tuviese tanta fe como un grano de mostaza podría mediante la plegaria dirigida a su dios obligar a las montañas a reunirse?

Los cristianos afirmaron con certeza.

A lo que el califa les dio dos opciones, escoger entre tantos cristianos, alguno debería tener un poco de fe, de modo que, si lograban mover la montaña, demostrarían su fe; de lo contrario, los mataría a todos por ser falsos cristianos. La otra opción era convertirse a la ley de Mahoma y les dio un plazo de 10 días para tomar la decisión. 

Los cristianos, muertos de miedo, decidieron confiar en su Creador, esperando que los auxiliara ante aquel peligro. Así pues, se pusieron a rezar día y noche rogando a Dios que se apiadara de ellos. 

La octava noche, aparece un santo ángel del cielo enviado de Dios que les indica que tienen que ir a buscar a un zapatero que solo tenía un ojo para que este rogara a Dios para que se moviera la montaña. El zapatero se trataba de un hombre tan devoto que se había arrancado su propio ojo para evitar la tentación. 

Llegado el día, el zapatero, junto a los cristianos, y el califa, junto a los sarracenos, dieron inicio a la prueba. El zapatero empezó a orar y tan pronto terminó su oración, la montaña comenzó a moverse, temblando toda la tierra bajo sus pies. Al ver esto, el califa aclamó: Grande es el Dios de los cristianos. Muchos sarracenos se convirtieron ese día, pero lo que más sorprende es que al morir el califa, encontraron bajo sus ropas una cruz, que había llevado consigo en secreto desde ese día, por miedo a la reacción de los sarracenos. 


Preferencias sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Para obtener más información puedes leer nuestra política sobre cookies. Puedes aceptar todas las cookies, configurarlas o rechazar su uso haciendo click en alguno de los botones que encontrarás a continuación.