Libro de los Medicamentos Simples

f. 163r, La dama y el unicornio


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El cardo mariano es frío es primer grado, pero está a mitad entre húmedo y seco. Algunos dicen que el cardo mariano es una superfluidad que crece sobre el tronco del rosal, pero esto es falso, ya que se trata de una planta que crece en terrenos firmes y llanos. Tiene las hojas carnosas y hendidas al igual que la eruca, se esparce por la tierra y tiene en el medio una espinal blanca que es muy puntiaguda. Se extiende por la tierra cuando es pequeña, pero luego crece hacia lo alto, hasta una altura de un codo y no más, le salen muchas de estas espinas y una flor de color rojo. El cardo mariano conforta el estómago, y aplaca la fiebre lenta, y sirve contra la sequedad de los miembros que viene de la infección de estómago. Si se mastica y luego se pone sobre la mordedura de animales venenosos, calma el dolor. Sirve contra el flujo de sangre y también contra el flujo de vientre. Cuando se machaca y se aplica sobre los miembros del cuerpo, los conforta y devuelve a los miembros los humores que fluyen. Además deshace y dispersa los apostemas húmedos. Si se lava la boca con el agua donde se haya hervido cardo mariano clama el dolor de dientes. La corteza y las ramas de este árbol son frías y secas en segundo grado. Sus flores con vino agrio aplicadas sobre la roña, las pústulas y las heridas, les dan alivio. Si se da a beber la corteza exterior del cardo mariano con vino o con agua, purga los humores flemáticos. Contra las morfeas se debe mezclar con vino agrio y untar con ello el lugar afectado, y lo limpiará. Cura rápidamente la inflamación.
El castóreo es caliente en tercer grado y seco en segundo. El castóreo son los genitales de una animal llamado castor. Hay algunos que dicen que cuando este aimal siente que los cazadores le siguen para conseguir sus testículos, se los arranca y los tira, pero esto no es verdad, porque este animal no tiene tanto sentido, además que los cazadores lo persiguen más por su piel que por sus genitales. Cuando se han cortado los testículos al castor se deben poner en un lugar umbrío. Hay que saber que los testículos del castor joven no tienen tanta virtud como los de los castores viejos, y que el castóreo es blando y blanco. Cuando el castóreo tiene la edad adecuada es cuando es de un animal de un poco más de la edad intermedia, pues entonces es de una gran virtud, porque el que es de castor viejo no es de tanta eficacia. Hay algunos que lo falsifican de la siguiente manera: toman la piel donde se ha puesto el castóreo y un testículo joven, y luego lo llenan de sangre y de nervios. Hay otros que le ponen sangre tierra y tiza. Mejor aún lo falsifican si le añaden sangre, sagapeno, nervios y pimienta. Esta última la añaden para que tenga un sabor fuerte. Se debe elegir el castóreo que tenga un sabor moderadamente fuerte, puesto que si lo tiene muy fuerte no se debe elegir. Si tiene sabor como de tierra es que no es puro ni bueno, sino que está falsificado, lo mismo que si tiene por el medio nervios mezclados. El castóreo bueno debe tener un sabor moderadamente fuerte, viscoso y muy horrible, y debe tener nervios mezclados por todas partes y pegados a las pieles de todos los lados. Se puede guardar durante seis años manteniendo toda su virtud, pero es conveniente que se haga nuevo siempre que se pueda. Para añadirlo en un medicamento se le debe quitar la piel de fuera y tomar sólo lo que hay dentro. El castóreo tiene virtud de separar, desgastar y atenuar los humores, en especial de confortar los miembros nerviosos. Contra la epilepsia y otras enfermedades frías de la cabeza, se debe meter media dracma de castóreo por la nariz. Se puede también dar a beber una cantidad de dos o tres dracmas con jugo de ruda o con el vino donde se haya cocido esta planta. Contra la parálisis de la lengua, se debe poner polvo de castóreo debajo de ella, y se debe mantener allí hasta que se disuelva, se funda, se licúe y se deshaga por si mismo. Contra la parálisis de todo el cuerpo se debe dar a beber el vino donde se haya cocido castóreo, ruda y salvia. Contra la parálisis de un miembro se debe hacer muy a menudo una fomentación con el vino donde se haya cocido el castóreo alrededor del bajo vientre, y también se puede poner directamente allí esta sustancia. Contra la gonorrea se debe cocer en jugo de sauzgatillo con un poco de vino agrio, y aplicar esta preparación a menudo en forma de emplasto sobre el bajo vientre, los riñones y la verga. Contra la letargia se deben provocar estornudos con castóreo, lo que hace moverse al cerebro y lo conforta. También se puede hacer una confección con castóreo, menta y jugo de ruda con vino agrio, se afeita la cabeza al enfermo, luego se frota bien fuerte con la confección la parte de detrás, y por último se pone encima de ella. También se puede poner su polvo con jugo de ruda dentro de la nariz o que el enfermo aspire el vapor de castóreo.


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El cardo mariano es frío es primer grado, pero está a mitad entre húmedo y seco. Algunos dicen que el cardo mariano es una superfluidad que crece sobre el tronco del rosal, pero esto es falso, ya que se trata de una planta que crece en terrenos firmes y llanos. Tiene las hojas carnosas y hendidas al igual que la eruca, se esparce por la tierra y tiene en el medio una espinal blanca que es muy puntiaguda. Se extiende por la tierra cuando es pequeña, pero luego crece hacia lo alto, hasta una altura de un codo y no más, le salen muchas de estas espinas y una flor de color rojo. El cardo mariano conforta el estómago, y aplaca la fiebre lenta, y sirve contra la sequedad de los miembros que viene de la infección de estómago. Si se mastica y luego se pone sobre la mordedura de animales venenosos, calma el dolor. Sirve contra el flujo de sangre y también contra el flujo de vientre. Cuando se machaca y se aplica sobre los miembros del cuerpo, los conforta y devuelve a los miembros los humores que fluyen. Además deshace y dispersa los apostemas húmedos. Si se lava la boca con el agua donde se haya hervido cardo mariano clama el dolor de dientes. La corteza y las ramas de este árbol son frías y secas en segundo grado. Sus flores con vino agrio aplicadas sobre la roña, las pústulas y las heridas, les dan alivio. Si se da a beber la corteza exterior del cardo mariano con vino o con agua, purga los humores flemáticos. Contra las morfeas se debe mezclar con vino agrio y untar con ello el lugar afectado, y lo limpiará. Cura rápidamente la inflamación.
El castóreo es caliente en tercer grado y seco en segundo. El castóreo son los genitales de una animal llamado castor. Hay algunos que dicen que cuando este aimal siente que los cazadores le siguen para conseguir sus testículos, se los arranca y los tira, pero esto no es verdad, porque este animal no tiene tanto sentido, además que los cazadores lo persiguen más por su piel que por sus genitales. Cuando se han cortado los testículos al castor se deben poner en un lugar umbrío. Hay que saber que los testículos del castor joven no tienen tanta virtud como los de los castores viejos, y que el castóreo es blando y blanco. Cuando el castóreo tiene la edad adecuada es cuando es de un animal de un poco más de la edad intermedia, pues entonces es de una gran virtud, porque el que es de castor viejo no es de tanta eficacia. Hay algunos que lo falsifican de la siguiente manera: toman la piel donde se ha puesto el castóreo y un testículo joven, y luego lo llenan de sangre y de nervios. Hay otros que le ponen sangre tierra y tiza. Mejor aún lo falsifican si le añaden sangre, sagapeno, nervios y pimienta. Esta última la añaden para que tenga un sabor fuerte. Se debe elegir el castóreo que tenga un sabor moderadamente fuerte, puesto que si lo tiene muy fuerte no se debe elegir. Si tiene sabor como de tierra es que no es puro ni bueno, sino que está falsificado, lo mismo que si tiene por el medio nervios mezclados. El castóreo bueno debe tener un sabor moderadamente fuerte, viscoso y muy horrible, y debe tener nervios mezclados por todas partes y pegados a las pieles de todos los lados. Se puede guardar durante seis años manteniendo toda su virtud, pero es conveniente que se haga nuevo siempre que se pueda. Para añadirlo en un medicamento se le debe quitar la piel de fuera y tomar sólo lo que hay dentro. El castóreo tiene virtud de separar, desgastar y atenuar los humores, en especial de confortar los miembros nerviosos. Contra la epilepsia y otras enfermedades frías de la cabeza, se debe meter media dracma de castóreo por la nariz. Se puede también dar a beber una cantidad de dos o tres dracmas con jugo de ruda o con el vino donde se haya cocido esta planta. Contra la parálisis de la lengua, se debe poner polvo de castóreo debajo de ella, y se debe mantener allí hasta que se disuelva, se funda, se licúe y se deshaga por si mismo. Contra la parálisis de todo el cuerpo se debe dar a beber el vino donde se haya cocido castóreo, ruda y salvia. Contra la parálisis de un miembro se debe hacer muy a menudo una fomentación con el vino donde se haya cocido el castóreo alrededor del bajo vientre, y también se puede poner directamente allí esta sustancia. Contra la gonorrea se debe cocer en jugo de sauzgatillo con un poco de vino agrio, y aplicar esta preparación a menudo en forma de emplasto sobre el bajo vientre, los riñones y la verga. Contra la letargia se deben provocar estornudos con castóreo, lo que hace moverse al cerebro y lo conforta. También se puede hacer una confección con castóreo, menta y jugo de ruda con vino agrio, se afeita la cabeza al enfermo, luego se frota bien fuerte con la confección la parte de detrás, y por último se pone encima de ella. También se puede poner su polvo con jugo de ruda dentro de la nariz o que el enfermo aspire el vapor de castóreo.


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